A diferencia de lo que ocurre con otros establecimientos hoteleros que cerraron sus puertas años atrás, que suelen tener sus entradas tapiadas o cerradas con llave, en estos momentos se puede entrar en el inmueble que albergaba el antiguo hotel tan sólo retirando alguna de las tres vallas de plástico que hay en la entrada.
Una vez en el interior del edificio, hay espacios que cabe calificar de especialmente peligrosos, como el hueco del ascensor, que no tiene ningún tipo de protección, o la zona próxima a la piscina, que tampoco presenta ningún tipo de barrera. La terraza superior se encuentra en un estado igualmente no apto para poder andar por ella, con cascotes en diversos puntos.
En el interior del inmueble, la presencia de bolsas de supermercado con botellas vacías o la presencia de mantas y almohadas en el suelo hace pensar que en ocasiones hay personas que comen o pernoctan en la planta baja del edificio.
Por su parte, fuentes del Ajuntament señalaron ayer que los departamentos correspondientes estudiarán el estado global en el que se encuentra el inmueble, y añadieron que si efectivamente se comprueba que hay deficiencias en cuanto a la seguridad de las instalaciones o por lo que respecta a otras carencias, como por ejemplo la falta de limpieza, «se tomarán las medidas pertinentes para evitar que pueda surgir cualquier tipo de problema debido al estado de abandono del edificio».
Las áreas de Urbanisme y de Infraestructures suelen ser las encargadas de actuar cuando hay situaciones de este tipo.
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