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Mallorca ha sido siempre una de las comunidades más en alerta por la posibilidad de que se produzcan incendios. No en vano, casi todos los veranos hay que lamentar fuegos que destruyen hectáreas y afectan al ecosistema. El cuerpo de guardias forestales es el encargado de vigilar la aparición de estos incendios y de extinguirlos o ayudar en la tarea de extinción de los mismos. Desde una de las dos bases que tienen en la Isla, la de Betlem en Artà, la brigada que se ocupa de la protección y vigilancia del norte y de la isla de Menorca, está permanentemente en contacto con los servicios de emergencia para actuar en casos de necesidad.

Chema Mayor Pérez y Miguel Lacalle, los encargados de esta pequeña pero eficiente brigada, llevan en el puesto más de 20 años y explican que en muchísimos casos, los incendios que se producen en la Isla son provocados por negligencia y no por pirómanos como mucha gente puede pensar. En caso de que se produzca un incendio, los ocho componentes de la brigada se desplazan hasta el lugar con tres jeeps "los dos de vigilancia y el de extinción" más el helicóptero que también hace las funciones de extinción. Equipados con un equipo de protección individual acuden al lugar del incendio, pero también es su deber investigar las causas del mismo para que no se vuelva a repetir.

Junto con el puesto, de Betlem, está el del aeródromo de Son Bonet y varias torres de vigilancia.

Alberto Moral
Foto: M. Borràs