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Gabriel Busquets nos recibe en la Embajada de España en Berlín, que a la vez es sede de la Cancillería. Se trata de un edificio construido entre 1938 y 1943, que fue canjeado por el palacete Tiele-Winkler, sede anterior de la representación diplomática española en Berlín. La Embajada se encuentra situada en el barrio de Tiergarten, en pleno centro de la capital alemana, rodeada de uno de los numerosos parques, casi bosques de la ciudad.

El encuentro comienza con un desayuno en un lateral del salón de recepciones donde Busquets comenta con los enviados de Ultima Hora las relaciones entre Mallorca y Alemania. «Los alemanes aprecian mucho Mallorca y esta buena relación es importante que siga manteniéndose en el futuro. Algunos la consideran como parte de su propia vida y eso creo que hay que mirarlo desde un punto de vista positivo porque significa que aprecian la Isla», comenta el embajador, quien se muestra de acuerdo cuando se le pregunta si no siente que esa cierta animadversión que hace unos años se sentía por los alemanes ha disminuido hasta casi desaparecer. «Hubo muchas críticas a los alemanes cuando compraron casas, pero había que tener en cuenta quiénes las vendían o quiénes daban los permisos correspondientes para que se construyeran otras nuevas», explica mientras da buena cuenta tanto de los embutidos como de los dulces que conforman el exquisito desayuno.

Tras el ágape, Busquets explica el cambio que producido en los últimos 30 años en relación a los residentes en Alemania. «En los años 70 había 350.000 españoles residiendo en Alemania. Eran fundamentalmente trabajadores (no muy cualificados). Hoy ese número ha bajado hasta los 110.000 y se trata de un grupo muy heterogéneo donde abundan los profesionales, estudiantes, profesores, trabajadores de empresas españolas e incluso españoles muy bien situados en empresas alemanas, como Fernando Carro en el grupo Bertelsmann». Busquets disfruta cuando habla de la presencia española en Alemania: «El banco más importante de créditos al consumo pertenece al Santander. Sólo en Berlín hay una decena de hoteles de cadenas españolas, la telefonía, con O2, que pertenece a Telefónica, es una de las principales del país, hay media docena de inmobiliarias y constructoras instaladas en el país, así como importantes bufetes de abogados, por no hablar de la importancia del sector aéreo y servicios de handling, o de los cuatro centros del Instituto Cervantes en Alemania, que pronto serán cinco».

El día de la entrevista, el pasado miércoles 12 de septiembre, la agenda prevista de Gabriel Busquets era más o menos la de un día cualquiera: lectura de prensa, envío y recibo de telegramas, reunión de coordinación (en la embajada trabajan 114 personas), encuentro con el responsable de la Oficina de Turismo, otra reunión con el Instituto Cervantes, almuerzo de trabajo para estudiar cómo la van los trabajos de cara a la Constitución Europea y, por la tarde, recibimiento a un colega que estrena puesto, acudir a la fiesta de Baviera donde presenta la famosa Octoberfester y concierto de una orquesta formada por músicos de las orquestas filarmónicas de Madrid y Berlín. Y es que en la Embajada de Alemania se trabaja, y no poco.