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Ventura Aroca le interesan, por encima de todas las demás, las noticias que a diario llegan desdel Líbano. Y es que allí, en la base española 'Miguel de Cervantes' está su hijo Antonio José Aroca. «Pidió ir voluntario y allí sigue, hasta Navidad, o un poco antes, que es cuando regresará».

Ventura confiesa que se le sobrecogió el alma cuando Antonio José, destinado en Galicia, la llamó para decirle: «Mamá, me voy al Líbano». Dice que como le vio tan entusiasmado, casi ni articuló palabra. «Ten cuidado -le dije echándome a temblar-. Al fin y al cabo iba a donde quería y lo hacía de forma voluntaria. ¿Qué podía decir yo...?, y más cuando él no hacía más que repetir que iban allí a ayudar y a pacificar». Antes de ingresar en el Ejército, Antonio José estudiaba. «Un día, yendo en moto, fue arrollado por un coche. El accidente le obligó a estar mucho tiempo de baja, lo cual le descolocó en sus estudios. Entonces fue cuando decidió ingresar. Primero estuvo destinado en Cáceres y luego pasó a Galicia, desde donde pidió ir destinado al Líbano. Como a cualquier otra madre, tener un hijo allí no es fácil, mas que nada por la situación que se encuentra el país. Mi hijo me dice que no me preocupe, que está bien. Me cuenta que está destinado en un destacamento que yo me lo imagino como un fuerte desde donde se denominan los alrededores, cuya puerta se cierra por las noches y se abre por las mañanas».

Sin embargo, cualquier noticia que llega desde allí, o desde cualquier otro lugar donde hay tropas españolas, significa un sobresalto para ella, «y supongo también que para otras madres. Y si son malas, como las que nos acaban de llegar desde Afganistán, el sobresalto es mayor». Aunque hace lo posible en pensar lo contrario, siempre se pone en lo peor, «aunque él me dice que no me preocupe, que todo irá bien. Como puede suponer, no hago más que contar los días que faltan para que regrese. Sus dos hermanos me animan diciendo que Antonio José es como el turrón: «Ya verás, mamá, como llegará a casa por Navidad».