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Bomberos sin Fronteras desplazó a la zona sur de Perú devastada por el terremoto a un grupo de nueve voluntarios cuyo cometido ha sido instalar ochenta tiendas de campaña y 500 esterillas para otras tantas familias y facilitar agua en las zonas con déficit de suministro. Joan Rosselló, Bernat Franco y Toni Jaume son los bomberos mallorquines que se sumaron a la expedición de ayuda solidaria.

Gracias a un proyecto financiado en su mayor parte por el Fons Mallorquí de Solidaritat, pero también por el Consell de Mallorca, Bomberos sin Fronteras desplazó también a Perú dos plantas potabilizadoras.

Durante diez días, desde el pasado 19 de septiembre, el equipo ha trabajado en jornadas de hasta veinte horas. Con el apoyo logístico de Ayne-Perú Trinitarias, integrada en las Mesas de Concertación para la Lucha contra la Pobreza, Bomberos sin Fronteras localizó las zonas en donde era más necesaria la instalación de las tiendas de campaña que se convertirían en hogares provisionales para ochentas familias. Así, se distribuyeron veinte tiendas en Pueblo Nuevo de Chincha, de las que cuatro serán utilizadas para asistencia sanitaria, quince en San Benito de Cañete, otras quince en Grocio Prado, también en Chincha, quince más en Chincha Baja y el resto en Alto Larán.

En algunos casos, como en San Benito, las tiendas quedaron instaladas en grupo formando un pequeño campamento a pocos metros de la plaza. Pero la mayoría de las carpas quedaron colocadas de forma aislada en solares ya despojados de los escombros de las viviendas destruidas por el terremoto. En la medida de lo posible, los damnificados prefieren instalar las tiendas en el mismo lugar donde antes estaban sus casas, porque ese trozo de suelo es lo único que les queda.

Joan Rosselló se encargó de instalar algunas de las tiendas distribuidas por Pueblo Nuevo de Chincha. «De lo que se trata es de facilitarles un lugar donde poder dormir para que no tengan que hacerlo a la intemperie. Nosotros no hemos seleccionado a las familias que recibirán estas carpas, lo han hecho los líderes de cada zona, porque ellos conocen la situación de cada uno de los damnificados y saben quiénes son los que necesitan más ayudas», señala Joan Rosselló.

A parte del apoyo logístico ofrecido por Ayne-Perú Trinitarias a Bomberos sin Fronteras, el equipo ha encontrado una gran colaboración entre los vecinos de cada una de las comunidades en las que han estado presentes, que aportaron voluntarios para colaborar en los trabajos de acondicionamiento de los terrenos e instalación de las carpas. El ayuntamiento de San Vicente de Cañete puso a disposición de Bomberos sin Fronteras dos camiones para trasladar las tiendas y la planta potabilizadora e incluso un regidor les hizo de chófer para conducir uno de esos vehículos.