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La coyuntura de aumento constante de los asuntos que ingresan en los juzgados de Balears, más de 200.000 cada año, ha experimentado el primer síntoma de agotamiento con el descenso registrado en décadas en la jurisdicción civil.

La sede judicial de sa Gerreria, que resuelve los pleitos civiles, entre otros, registró 10.976 asuntos en el primer semestre de este año, frente a los 11.247 del mismo periodo de 2006, según la estadística que lleva el Decanato de esos juzgados.

Ese disminución de 271 asuntos fue interpretada por los operadores jurídicos como el posible inicio de una desaceleración de la entrada anual de causas, aunque también insistieron en que esos datos se deben interpretar con prudencia.

El juez decano de Palma, Francisco Martínez, declaró que «el solo hecho de que los asuntos ingresados no aumenten ya es positivo, lo cual puede indicar una desacelaración, aunque yo preferiría analizar los resultados globales a final del año».

La estadística de los juzgados de sa Gerreria coincide con los datos de la actividad en toda Balears, ya que sólo en el primer trimestre se verifica una disminución de 755 asuntos, debido a 2006 se cerró con 20.435 causas, frente a las 19.680 de 2007.

En la jurisdicción penal también han entrado menos casos entre enero y marzo de este año (72.500) que en el mismo periodo de 2006 (74.452).
En el orden civil, la principal preocupación de los operadores jurídicos se centra en la imposibilidad de celebrar un mayor número de juicios, con señalamientos cada vez más distantes en el tiempo, lo que retrasa «sine die» la mayoría de las causas, según afirman varios abogados especializados en Derecho Civil.

La solución sólo pasa por aumentar el número de jueces, incluso tomando en consideración que el único Juzgado de lo Mercantil para toda la Comunidad Autónoma, por cierto insuficiente según todos los indicadores, ha descargado relativamente a los restantes juzgados civiles, según las fuentes consultadas por este diario.

Pero, el aumento constante de la población de Balears también influye en la excesiva carga que soportan los juzgados.
Además del crecimiento del censo de extranjeros, se une en verano, la del número de turistas y ello repercute en la actividad judicial.