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El Día Internacional de las Personas Sordas se celebró ayer en Palma a dos bandas. Por una parte con una manifestación protagonizada por la Asociación de Personas Sordas de Palma de Mallorca, que defienden el lenguaje de signos y, por otra, la celebración de la Asociación de Padres de Sordos, Aspas, que promueven la comunicación oral de los afectados con problemas de audición. No obstante, ambas defienden la necesidad de implicar a la sociedad y a las administraciones en la integración de los sordos.

La manifestación de la Asociación de Personas Sordas tuvo lugar a mediodía de ayer en la Plaça d'Espanya y tuvo como objetivo reivindicar la necesidad de integración y apoyo social para este colectivo.

Asimismo, las personas que forman parte de esta asociación reclamaron que se respete el lenguaje de signos como «cultura propia» y reclaman que las personas allegadas a los sordos puedan aprender el lenguaje de signos.

La manifestación recorrió las calles del centro de Palma, y finalizó en la Plaça de Cort, lugar donde su presidenta, Magdalena Subirana, leyó un pequeño manifiesto.

Los aspectos en los que la asociación reclama más apoyo se refieren básicamente a aquellos relaciona dos con la integración académica y laboral.
Esta asociación cuenta con unos 150 asociados y todos ellos reclaman asimismo cursos para difundir el lenguaje de signos
Aspas
Por otra parte, la Asociación de Padres de Sordos, Aspas, reivindica la comunicación oral de las personas sordas. En un comunicado, la citada asociación afirma que el 90 por ciento de las personas sordas se comunican a través del lenguaje oral. «Contrariamente a lo que la gente piensa todavía, las personas con discapacidad auditiva pueden alcanzar un adecuado nivel de competencia lingüística en lengua oral (...). Las prótesis auditivas y la implantación de sistemas rehabilitadores del habla y la comprensión mediante la logopedia, han dibujado un paisaje reeducativo centrado en la normalización y en la superación de barreras comunicativas...», afirma la Aspas.

Esta asociación especifica que «no niega la importancia de la lengua de signos... pero somos conscientes de que el futuro lo convertirá en un recurso residual».

La eliminación de barreras es una de las reivindaciones de Aspas, que demanda a las administraciones que asuman su papel para dinamizar y potenciar la integración del colectivo de sordos.