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En la noche de ayer cambió la luna en la Meca, la ciudad santa de los musulmanes. Tímidamente apareció por un instante una pequeñísima luna creciente. El criterio de la mayoría de los musulmanes del mundo es que cuando alguien puede observar, aunque sea por un segundo, el cambio de ciclo lunar, es el momento del fin del mes de Ramadán para todo el mundo musulmán. Sin embargo, esta concepción no es compartida por todas las comunidades islámicas.

Hoy ya no es Ramadán en los países del Golfo, en Egipto y otros muchos países del área. Sin embargo, por ejemplo en Marruecos, la India, Pakistán y la mayoría de los del centro de Àfrica hoy sigue el mes de Ramadán.

En las Illes Balears el criterio general es el que considera que se debe seguir a quien en cualquier lugar del mundo ha visto la luna en creciente. En Marruecos, por el contrario, se considera que cada país debe ver su propia luna creciente.

Pese a estas dos posturas opuestas, en general el fin del Ramadán supone para todos un periodo de alegría y recogimiento.
En Balears, miles de musulmanes realizan hoy la oración más importante del año, todos juntos, sobre las ocho de la mañana, y en polideportivos, en campos de fútbol o mezquitas.

La primera oración tras el Ramadán es una de las dos únicas fiestas del Islam. En dos meses llegará la peregrinación a la Meca y la segunda fiesta, la del cordero. Según la mayoría de sabios del Islam, la diversidad de criterio es una prueba de la libertad otorgada por Dios a todos los hombres.

Juan Poyatos