Ambos ediles apuntaron que se podría crear un eje cívico en la calle Cotlliure, así como construir en la barriada viviendas para jóvenes y para gente mayor "tuteladas", y también crear equipamientos y un local específico para las asociaciones vecinales. Gómez dijo que ahora se está trabajando para hacer un informe sobre la zona, cuyas conclusiones servirán de base para la propuesta inicial. Además, se hacen catas para ver el estado en que se hallan los edificios de 'Corea'. En cuanto a la reforma, que sería gestionada por el Consorci Riba y que duraría cuatro o cinco años, podría hacerse de forma global o bloque a bloque.
Por su parte, la presidenta de la Asociación de Vecinos y Propietarios de las Viviendas del Camp Redó, María Gabina Hernández, acusó ayer al nuevo equipo de gobierno de «falta de voluntad de diálogo» con dicha asociación. Asimismo, reiteró que los propietarios «quieren la rehabilitación integral», y denunció que la zona en donde viven «está muy mal, muy degradada, la gente vive atemorizada», para añadir: «Estamos dejados de la mano de Dios. Estoy indignada, muy indignada».
Tanto Grosske como Gómez negaron que no hubiera voluntad de diálogo, y añadieron que para la redacción de la propuesta inicial se escuchará la opinión de todas las entidades de la zona. «Hay gente que está trabajando activamente para que este nuevo equipo de gobierno no consiga hacer lo que el anterior equipo de gobierno no consiguió hacer», afirmó Grosske, para añadir: «El proyecto de rehabilitación no va a dejar a nadie en la calle».
Gómez anunció que Cort solicitará a la Unión Europea, a través del proyecto Urban, 10 millones de euros para la reforma de 'Corea', que debería contar también con ayudas del Gobierno y del Govern.
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