Unas trescientas personas izaron ayer la bandera del 'no' al hospital de Son Espases que los partidos que gobiernan en Balears utilizaron también en la pasada campaña electoral y que ahora ya han arriado.
La manifestación de ayer, primera de este tipo que se celebra tras las elecciones, estaba convocada por una veintena de asociaciones entre las que no se incluían los partidos políticos con representación parlamentaria ni los ecologistas del GOB.
La manifestación, cuyo inicio estaba previsto para las seis de la tarde, partió de la Plaça d'Espanya sobre las seis y media y llegó a Cort cuando el reloj del Consistorio daba las siete.
Una pequeña pancarta con el lema «Rectificau» abría la marcha. Detrás de esta primera pancarta, la de «Salvem la Real». Aunque esa era la principal reivindicación, también hubo otros emblemas que aludían a otras causas, como la de «Salvem sa Façana», en alusión al proyecto de fachada marítima de Palma.
Els Maulets, jóvenes de ideología independentista, se sumaron a la manifestación con su propia cartelería: la de fotografías de políticos, incluidos los líderes locales de ERC, a los que tildaron de traidores.
Aunque ninguno de los partidos apoyaba esta iniciativa, la principal activista de la causa, Aina Calafat, portavoz de Salvem la Real, saludó la presencia de ediles de Esquerra de Pollença, Binissalem y Artà. También aludió a la presencia de un munícipe del PSM en la part forana. Les agradeció su «dignidad».
Precisamente este lema, «dignidad» fue el más coreado. Los convocantes se sienten engañados y traicionados. Hubo algunos lemas no previstos inicialmente, de cosecha propia, y que fueron los que se corearon con más gracias. Así, uno que aludía a que Son Espases es «un segundo metro» o «Son Espases, quina dolentada».
Los rostros de la protesta
A falta de los políticos, que en campaña sí se sumaron a esta reivindicación, ayer se dejaron ver los activistas de este tiempo de postpactos: además de Calafat, y entre otros, Cecil Buele, Jaume Sastre, Pep Suárez, Pep Juárez o el Miquel Angel «Llonovoy», que pone su voz, desde hace años, a casi todas las reivindicaciones territoriales.
Al finalizar el acto, la portavoz de las entidades convocantes, Aina Calafat, denunció que con la decisión de construir el hospital en Son Espases, el presidente del Govern, Francesc Antich, «avala íntegramente el pelotazo especulativo que pactó el PP con los inversores privados».
Calafat sostuvo que con Son Espases, se crea un precedente que «aleja las esperanzas» de parar otros proyectos «agresivos» contra los espacios naturales y dijo que el Govern, «al someterse a los poderosos, deja la puerta abierta a otras destrucciones, como ses Fontanelles, Port Adriano y la fachada marítima».
Por la mañana, la presidenta del Consell de Mallorca, Francina Armengol (que defendió hasta el último momento en su partido la postura más crítica hacia la construcción del hospital en Son Espases) mostró su «respeto» a los manifestantes pero añadió que también se debe respetar la decisión adoptada por el president del Govern de optar por Son Espases tras analizar todas las alternativas posibles.
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