La evolución al alza del turismo náutico en las Islas, que en este año ha supuesto la llegada de 294.100 visitantes, con un gasto turístico de 544 millones de euros (más de un 15% respecto a 2006), ha vuelto a sacar a la luz las deficiencias que afectan a este sector, que no puede cubrir toda la demanda potencial de barcos de recreo que llegan cada año a Balears, según se puso ayer de manifiesto en la jornada organizada por la patronal CAEB sobre «2020: desafíos de la náutica de recreo y su impacto turístico en Balears».
Todos los representantes de las administraciones, tanto autonómico como estatal, coincidieron en señalar la gran potencialidad que hay. El conseller de Turisme, Francesc Buils, reconocía en la inauguración del mismo que los 19.029 amarres «no son suficientes para los alrededor de 40.000 embarcaciones que demandan su uso».
Para paliar este hecho, Buils aclaró que «cualquier estrategia de crecimiento de nuestra oferta actual pasa por el filtro del equilibrio medioambiental. Estamos trabajando en la reordenación de los amarres, a fin de aumentar las plazas de mejorar las expectativas de la demanda».
El director general de Costas del Ministerio de Medio Ambiente, José Fernández Pérez, también presente en la jornada, afirmaba al respecto: «Si hay demanda, hay que atenderla, pero en unas islas con un equilibrio medioambiental frágil hay que actuar con criterio selectivo y planificación. Hay que buscar los lugares adecuados para mejorar esta oferta, pero ocupando el mínimo de litoral».
Mantenimiento y marinas
Relacionado con el turismo náutico está toda la industria del mantenimiento de embarcaciones, en las que las empresas de las Islas están posicionadas como las mejores del Mediterráneo. Fernández Pérez apuesta en Balears por la creación de marinas secas.
«Las marinas secas en Balears pueden implementar al máximo el sector de mantenimiento de aeronaves, generando un volumen de negocio óptimo durante todos los meses del año», señaló.
El presidente de la de la Federación Española de Vela, Gerardo Pombo, puso el dedo en la llaga, al indicar que el Port de Palma «necesita una reforma integral urgente», en alusión a las empresas náuticas que no pueden crecer y generar más volumen de negocio con sus servicios.
Para el presidente de la CAEB, Josep Oliver, «todo lo que sea potenciar el turismo náutico es positivo para Balears, ya que se capta un turismo de alto poder adquisitivo. En estos momentos, vamos por delante de los países competidores en el Mediterráneo, pero no podemos dormirnos, de ahí que hay que mejorar infraestructuras y hacer más promoción». Las empresas del sector piden al Govern una actuación política decidida, así como una reestructuración de todos los puertos deportivos para aumentar el número de amarres.
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