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A priori había cierta preocupación entre los expositores, ya que por una parte, no siempre es positivo el cambio de escenario y por otra lo es menos la reducción de fechas. Sin embargo, BaleArt, con otro emplazamiento y con menos días ha superado con creces las perspectivas, dado que ayer por la noche, poco antes del cierre, se hablaba de que más de 13.000 personas la han visitado.

En ello puede haber influido bastante el aparcamiento gratuito, que Fires i Congresos ha puesto a disposición de los visitantes y los autobuses que han unido aquel con el recinto. Y, por supuesto, han contribuido también las demostraciones de cara al público que diariamente han hecho los artesanos y la calidad de lo expuesto entre los 118 expositores, a saber: alimentación y bebida (que han sido el 23 por ciento), artes plásticas (17 por ciento), barro (13'5 por ciento), ornamentación (7 por ciento), instituciones (7 por ciento) hierro y semejantes (5 %), cristal (5 %), ONG y asociaciones (5 por ciento), madera (3 %), vestido y calzado (3 por ciento), piel y cuero (3 %) servicios (2'5 %), limpieza (2 %), papel y cartón (2 %), música (0'8 por ciento) y oficios singulares (0'8 por ciento).

De entre los objetos expuestos, puede que los más originales hayan sido el traje confeccionado con embutidos (184 longanizas y 82 butifarrones), del stand de Agrupación Mutua, y la aguja encontrada entre la paja del pajar, obra de Toni de la Mata.

Pedro Prieto