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Anteanoche se presentó en la sala Mozart la comedieta de enredo Aquesta nit hem de matar en Franco, de Martí Garrido, adaptada al catalán por Pere Caminals. Sus personajes son dos vedettes, una jornalera y un empresario macarra y confidente de la Secreta; la trama discurre en el camerino de Casa Valles, un cabaret que tuvo su máximo esplendor en las décadas de los 50 y 60, a la vera de la Porta de Sant Antoni.

Star Lourdes es una vedette argentina afincada en Mallorca, cuya lengua chapurrea graciosamente. Sueña largarse a Francia con su novio, un joven republicano, una vez que éste haya matado a Franco, el Caudillo. El papel lo interpreta Diana Lucero que, aunque debuta en Palma en teatro, no es nueva en la escena, ya que en Buenos Aires ha trabajado bastante en ese campo. Puri es una vedette catalana con aires de diva, pero que realmente no deja de ser una del montón, que tiene que vivir de lo poco que le da el teatro y de lo que cobra a sus clientes por acostarse con ellos. Al igual que Lourdes, Puri anhela con largarse y triunfar lejos de ese escenario. Este rol es de Nuria Rigo, tal vez un pelín acelerada en según qué momentos, pero en general muy bien. Por su parte, Antonia, la jornalera, cándida pero soñadora, aspira a ser vedette y tiene en Sara Montiel a su gran ídolo. La chica, de muy buen ver, pero más corta de coco que las mangas de un chaleco, tiene muy claro que no es lo mismo ser prostituta que ser actriz y vender su cuerpo al primero que se lo proponga, previo pago, claro, como hace Puri. Por tanto, no entiende mucho que algunos contratos entre artistas y empresarios se hagan en la cama. A todo esto, un segundo Franco entre en escena metido en traje a rayas verticales, camisa roja y corbata chillona, también a rayas. Un cromo, vamos. Un Franco, encarnado por Pedro de Juan, que nada tiene que ver con el Caudillo, y que es el empresario del local, que desconoce lo que pretende el novio de la Star y que lo único que desea es llevarse al huerto a Puri.

Y... bueno, pues ya lo verán. Su interpretación es corta, pero lo hace bien. Y su muerte es genial. Aparte de lo dicho, Aquesta nit hem de matar en Franco es el reflejo de un época rancia que alguno de los que la vean recordarán, con unos personajes que se movían en ella entre la ilusión, el fracaso, el temor, la esperanza... El ambiente está muy bien logrado, con una vestuario revuelto y cutre para personajes revueltos y cutres, y noticias y música de aquellos años que emite una vieja radio que reposa sobre la estantería. A la intelectualidad de la Isla puede que no le guste; pero el gran público se lo va a pasar bien.

Pedro Prieto