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El teniente de alcalde de Benestar Social, Eberhard Grosske, del Bloc, dio a conocer ayer que el traslado de los usuarios del Servei d'Acollida i Promoció Sociolaboral (SAPS) "conocido como albergue de transeúntes de Can Pere Antoni" a dos casas de la Congregación de las Hermanas de la Caridad se iniciará en los próximos días, por lo que la demolición del albergue empezará a finales de este mes, en el marco del proyecto de la fachada marítima.

Grosske anunció que la Junta de Govern aprobó dejar sin efecto el alquiler del Hotel Mónaco, en la Platja de Palma, que era la primera ubicación prevista, decisión que podría suponer que Cort tuviera que indemnizar a los dueños de dicho hotel, y añadió que también se aprobó conceder una subvención de 189.000 euros hasta final de año a la entidad Nou Horitzó, que atenderá a los 12 usuarios de Can Pere Antoni que acogerá la casa que dicha orden religiosa posee en El Terreno. Asimismo, se aprobó alquilar la casa que las Hermanas de la Caridad poseen en Son Roca por un año y 41.760 euros. Esta finca acogerá a 29 usuarios y a los servicios sociales del SAPS. Grosske calificó de «muy satisfactorios» dichos acuerdos, y destacó que se ofrecerá una atención «más personalizada» a los usuarios de Can Pere Antoni al estar en dos centros de menor tamaño.

Por su parte, las tres asociaciones de vecinos de Son Roca redactaron ayer un comunicado en el que reiteran su oposición a que parte de los usuarios de Can Pere Antoni sean acogidos en una casa de la barriada, rechazo que vendría motivado por una «falta de información y consenso» previos. Las tres entidades acusan a la alcaldesa, la socialista Aina Calvo, y a Grosske de «mostrar su absoluta inoperancia en un asunto social de gran calado». El edil, por su parte, se mostró dispuesto a reunirse con los vecinos.