Para el joven 'stripper', el uniforme, sea de bombero o de policía, «es lo que más les pone».Para él, las mayores son las más lanzadas.

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Se llama José María Solomando, nació en Palma hace 23 años, es profesor de Psicomotricidad en un colegio de Calvià y en los fines de semana stripper y gogó. ¡Ah!, está soltero y sin compromiso.

-¿Qué opinan sus alumnos y los padres de su otra actividad?

-Mis alumnos, nada. Son niños pequeños. Y sus padres, tampoco, al igual que mis compañeros. Además, me dedico a esto en los fines de semana y en las vacaciones.

-¿Cómo se hizo 'stripper'?

-Fue por partes. En el gimnasio conocí al dueño de una empresa que lleva a strippers. Me propuso trabajar con él. El primer año estuve de camarero. Servía sin camisa las copas a las chicas en las despedidas de soltera. Era, ¿cómo se lo diría? Era el telonero. Al año siguiente, tras haberme preparado con mi jefe, debuté como stripper. También, desde entonces, soy gogó de discoteca, últimamente de Abraxas.

-¿Qué cualidades debe tener un 'stripper'?

-Tener cierta planta, algo de gracia y saber bailar, comunicarse y echarle morro a la cosa, siempre de buen rollo.

-¿Cómo se mantiene en forma?

-A base de mucho ejercicio y una dieta adecuada. Luego, ni fumo ni bebo alcohol y procuro dormir lo necesario.

-¿Alguna mujer para la que haya hecho un 'striptease', le ha puesto dinero sobre la mesa para que pasara con ella la noche?

-Sí, claro. No sólo han sido las que acompañan a la novia en su despedida de soltera, sino la novia incluso.

-¿Y ha aceptado?

-Jamás me he ido con ninguna mujer por dinero. Si quieres ser respetado en tu trabajo, debes saber decir que no a esas proposiciones

-Veamos, ¿qué hace cuando alguna mujer que saca a la pista, y se pone como una moto, trata de agarrarle por la entrepierna?

-De buen rollo, y sin faltarle al respeto, me escaqueo como puedo.

-¿Ha estado en alguna despedida de soltero de gays?

-En despedidas, no, pero sí en fiestas. Buena gente, eh; muy respetuosos. Se desmadran más las chicas que ellos.

-Y entre las chicas, ¿quién se desmadra más?

-Depende, aunque las de más edad suelen pasárselo mejor; son más lanzadas que las jóvenes.

-Cuénteme alguna curiosidad.

-¿Curiosidad...? No sé... Bueno, sí; que una vez un padre me contrató para que sorprendiera a su hija al cumplir los 18 años. Un tipo muy enrollado por cierto.

-¿Aparece vestido de algo?

-Puedo aparecer de gigolo, es decir, trajeado, y de bombero o de policía.

-¿Qué les pone más a ellas?

-¡Hombre...! Yo creo que de policía, y más como salgo yo, de policía norteamericano, y también de bombero. El uniforme les pone.

-¿Qué tal se llevan entre ustedes? ¿Hay envidias, recelos, celos...?

-Yo me llevo bien con toda la peña. De lo otro, no sé, ni me importa.

-¿Cuántos 'stripteases' llega a hacer en una noche?

-Puedo hacer hasta tres, sobre todo en verano, pues hay más fiestas en hoteles, pubs o restaurantes que en invierno, y luego, encima, me voy a hacer de gogó el resto de la noche.

-¿Está bien remunerada la profesión?

-Una sesión de quince minutos puede costarle unos 200 euros a quien la organiza. Y puede que algo más.

-¿Tiene usted novia?

-La tuve, pero ahora no. En este trabajo es difícil mantener una relación seria con una mujer.

-¿Hasta cuándo puede funcionar un 'stripper'?

-Si se cuida, hasta los cuarenta. Mi jefe, por ejemplo, no es ningún jovencito y, sin embargo, sigue siendo un gran stripper.

Pedro Prieto