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El candidato socialista a la presidencia del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se comprometió públicamente a mejorar la financiación autonómica de Balears durante el mitin central de la campaña que tuvo lugar en el Palma Arena. Lo cierto es que no es la primera ocasión que el líder del PSOE realiza un anuncio de estas características sin que, hasta el momento, se haya producido ningún cambio sustancial respecto al modelo que se pactó durante el Gobierno conservador de José María Aznar.

Hay que reconocer la valentía de Zapatero al querer pronunciarse sobre un tema, el de la financiación, que se ha convertido en el eje central del juego político en Balears; una actitud que contrasta con el silencio que sobre este punto ha mantenido el líder del Partido Popular, Mariano Rajoy. El cabeza de lista de la coalición nacionalista Unitat, Pere Sampol, ha advertido con acierto que hasta el propio ministro de Economía, Pedro Solbes, le reconoció en el Senado las pésimas condiciones de financiación con las que se dota a Balears.

Como se ha dicho hasta la saciedad, la necesaria contribución al Estado de Balears no puede acabar siendo un lastre a su desarrollo. En una España descentralizada, en la que las competencias de las comunidades autónomas son tan amplias, no tiene sentido tener que ir mendigando recursos para hacer frente a las necesidades de una población creciente que demanda más y más servicios públicos. Hospitales, escuelas, vías de comunicación y transporte,... son ya una responsabilidad autonómica a la que Balears no puede hacer frente porque carece de los recursos necesarios. Los convenios, muchos de ellos sin la dotación económica pactada, son meros parches que tratan de tapar el verdadero problema.