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Los niños y las niñas monaguillos de las cofradías de Palma aportan la nota más simpática en las procesiones de Semana Santa.
Asisten muy bien uniformados y en ello se nota el esmero que ponen sus madres y los responsables de juventud de las distintas formaciones penitenciales.

Todas las cofradías cuentan con niños y niñas que si el ánimo no decae o se cansan, se configuran como cantera de futuros cofrades penitentes. Su presencia resulta muy numerosa en la cofradía La Agonía, cuyos responsables le hacen «hacer papel», portando elementos propios de la Pasión. Los pequeños de La Agonía reciben el Jueves Santo el obsequio de una mona de chocolate como premio a su asistencia. También son numerosos en las cofradías de Juventud Oratoriana y Cruzada del Amor Divino, además de los de la Santa Faz.

Los de La Asunción cuentan entre sus filas a los de más corta edad y ya en menor número están los de La Salud y Santa Cruz.
Su misión en las procesiones es la de recoger la cera de los cirios y actuar también como recaderos de los penitentes. También dan confites a los niños.