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El objetivo es hacer música, improvisar, jugar con ella, que la entiendan, que puedan sentirla y crearla». Eran las primeras y amables palabras de María Bergallo, educadora musical, al dirigirse a un grupo de padres e hijos que acudieron al taller Cuadros Sonoros, que forma parte del programa de actividades 'Mundos creativos', organizado por la Fundació Pilar i Joan Miró.

La actividad se inició en el auditorium de la fundación, espacio que congregó a casi una veintena de visitantes. Sentados sobre una amplia alfombra cubierta de distintos artículos de uso doméstico y materiales como cartón, plástico, metal, comenzaron tímidamente a través de una actividad lúdica a descubrir y generar sonidos. Era la idea principal de esta primera etapa del taller.

Acto seguido aprendieron a diferenciar los instrumentos musicales cotidiafonos y analizaron dos obras del pintor catalán. Femme a la chavelure défait par un lever du solieil, 1976 y Per a David Fernández Miró, 1965, fueron las elegidas.

Además de entender la esencia de la obra pictórica, también se buscó relacionarla con alguna estructura musical. Líneas rectas, curvas, puntos de fuga que suben, bajan y explotan en el plano plasmado sobre la tela de forma multicolor como si de notas musicales en un pentagrama gigantesco se tratase. Intensidad, altura, tono y timbre fueron aprendidos a través de esa asociación.

La parte final del taller fue la más interactiva, porque los presentes tuvieron que sonorizar una obra de Joan Miró. La música creada fue grabada íntegramente y regalada a cada uno de los integrantes de la improvisada banda musical.Cristián Castro

(texto y foto)