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Hace apenas siete u ocho meses, ningún dirigente del PP se planteaba un acercamiento a Unió Mallorquina. De hecho, tampoco se han producido contactos desde que Miquel Nadal fue elegido presidente de los nacionalistas. La excursión a Menorca del líder de UM con Catalina Cirer no puede llevarse a la categoría de reunión política. Después del fracaso electoral del 9-M, la estrategia de los populares puede cambiar, pero cualquier decisión se adoptará después del congreso que los populares celebrarán en el mes de julio.

La presidenta del PP, Rosa Estaràs, no es muy partidaria de pactar con UM, pero la postura del congreso es soberana. En su opinión, cualquier paso que se dé respecto a los nacionalistas aumenta el valor de UM en las instituciones. Y Estaràs quiere devaluar la cotización de UM de cara al futuro. Por eso, la presidenta del PP rechazó hace unos meses hablar con los nacionalistas la posibilidad de tramitar en el Parlament una ley del suelo que UM no había negociado con sus socios de gobierno.

Mover ficha

«Hemos de replantearnos la estrategia. La situación del PP no es buena y hay que mover ficha antes de que sea tarde», señaló un importante dirigente popular. Varios altos cargos del PP balear no ocultan que la estrategia ahora con UM debe cambiar, pero siempre después del mes de julio.

En el PP están convencidos de que el principal objetivo de UM es conseguir que Miquel Nadal sea alcalde de Palma. Y sólo el PP puede aportar los votos necesarios para alcanzar a Nadal con la Alcaldía. A partir de ahí, cualquier institución entraría en la negociación.

La crisis desatada por la marcha de Matas, los resultados del 9-M y el «caso Rodrigo de Santos» son claros ejemplos de que el PP necesita buscarse aliados porque, hoy por hoy, lograr una mayoría absoluta en 2011 parece inalcanzable y una utopía. Para algunos, una victoria en las generales era una buena excusa para que UM rompiese con la izquierda y pactase con el PP, pero no se han cumplido las previsiones más optimistas de los populares. Con el PSOE en el Gobierno central, en el Govern, en el Consell y en el Ajuntament de Palma, el PP puede sentirse arrinconado en la oposición. No es para menos porque la hegemonía socialista puede ser duradera.

La buena relación que mantiene Miquel Nadal con algunos dirigentes del PP juega a favor de la formación que lidera Estaràs, aunque ningún «popular» quiere confiarse. Algunos creen que la estrategia de UM sigue siendo la de aumentar su cotización de cara al futuro y temen que un acercamiento sea contraproducente. Pero aún es pronto para hablar.