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Spanair, compañía aérea filial de SAS, se encuentra inmersa en un proceso de venta cuyo desenlace está previsto para las próximas semanas. Entonces se conocerá qué grupo inversor se hará cargo del activo "y del pasivo" de esta empresa que nació hace más de veinte años en Mallorca, donde radica su base de operaciones, circunstancia ésta última que significa la generación de más de 1.200 empleos directos; dato que pone de manifiesto la trascendencia económica y social de la operación.

Con independencia de la decisión última que deben tomar los actuales responsables de Spanair, en estos momentos son dos las empresas aeronáuticas interesadas en su adquisición (Iberia y Gadair), cualquier opción llevará aparejada una remodelación de la actual estructura en Mallorca. Todas las posibilidades que se contemplan pasan por abandonar la Isla como base de la compañía aérea, circunstancia que ya ha provocado el apoyo de la Generalitat catalana en favor de Gadair para que Spanair se traslade al aeropuerto de El Prat. En el caso de Iberia está claro que Barajas sería el nuevo domicilio de la compañía.

Hasta el momento, el Govern balear apenas se ha pronunciado sobre la venta de Spanair "sólo ha denunciado la falta de información precisa" cuando, tal y como han advertido desde Catalunya, es mucho lo que se juega Balears con la venta de Spanair y en un sector, como el aeronáutico, que es estratégico para su desarrollo. Es por esta razón que, en el ámbito de sus competencias, el Govern que preside Francesc Antich debería tener un papel mucho más activo para tratar de evitar la salida de Spanair de Mallorca y, por supuesto, conservar el máximo de puestos de trabajo "muchos de ellos de alta cualificación" en las Islas. Otros ya se lo están trabajando.