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La consellera d'Educació, Bàrbara Galmès, y el director de Planificació y Centres, Miquel Martorell, explicaron que tendrán en cuenta una serie de medidas, como la reserva de tres plazas para alumnos con necesidades específicas de apoyo educativo hasta el periodo de prescripción de matrícula. Así, evitarán que algunos centros llenen todas sus plazas, quedándose sin capacidad para acoger a alumnos inmigrantes cuando termine el proceso de admisión.

El número de estudiantes con necesidades específicas de soporte educativo no podrá exceder en diez puntos porcentuales a la media de los centros educativos de su zona de escolarización y se pretende que no superen el 30 por ciento del alumnado del colegio. Para ello, la Conselleria se reserva el derecho de modificar la oferta de plazas y cuando termine el proceso de escolarización ordinario podrá reducir el número de alumnos por unidad escolar hasta un 20 por ciento.

En los criterios prioritarios de baremación se mantiene la misma puntuación por vínculos familiares, por renta de unidad familiar y por discapacidad. Por el contrario, se modifican los criterios de proximidad del domicilio o lugar de trabajo con la zona de influencia del centro, «de modo que siempre los puntos obtenidos por zona limítrofe sean menos que los obtenidos por zona de influencia».

En cuanto a los criterios complementarios, una las principales novedades es que se asegura la escolarización de los alumnos que hayan sido víctimas de violencia escolar, cuyo cambio de centro se realizará de forma inmediata. Además, se fija un catálogo de enfermedades crónicas de alumnos y se elimina la puntuación por ser hijo de un ex alumno.

La solicitud de plazas comenzará el 28 de abril y la lista provisional de admitidos se conocerá el 30 de mayo.