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La sección de Gesma del Sindicato Médico Libre de Balears (SMLB) ha hecho pública una carta en la que acusa al conseller de Salut i Consum, Vicenç Thomàs, y al gerente de la empresa pública, Gabriel Fortuny, de falta de «responsabilidad» hacia los usuarios de la sanidad pública por el anuncio del cierre de los cinco quirófanos del Hospital General.

Desde la sección sindical recuerdan al gerente de Gesma que «en el resto de nuestro país hay multitud de hospitales que comparten zonas sociosanitarias con zonas de agudos», citando como ejemplo los hospitales de Cruz Roja de Palma o Sant Joan de Déu, que «han reformado y ampliado sus zonas quirúrgicas y también han creado sus plantas de pacientes de subaguados y de larga estancia porque saben que hacen falta medios para atenderlos», y recuerdan que estos hospitales «se sustentan sobre los que les paga el IB-Salut por la atención médica que prestan».

El área quirúrgica del Hospital General, reformada a finales de la década de los 90 y que cuenta con cinco quirófanos, cesará su actividad el 31 de julio de este año, para que todo el recinto hospitalario, que dirige la empresa pública Gestió Sanitària de Mallorca (Gesma), sea reconvertido en un hospital sociosanitario para enfermos crónicos y en fase terminal.

Esta decisión de la Conselleria de Salut i Consum ha provocado malestar entre los trabajadores del área quirúrgica del Hospital General y los sindicatos con representación en Gesma que han convocado dos concentraciones de protesta -celebradas el día 7 y el 14 de abril- para protestar por la medida.

El gerente de Gesma, el doctor Gabriel Fortuny, ha explicado a Ultima Hora que los cinco quirófanos, en los que se realiza cirugía mayor ambulatorio, se hallan en un estado de deterioro, «ya que durante estos años no se han llevado a cabo laborares de mantenimiento», afirma el gerente.

Mientras desde los sindicatos CSI-CSIF y Cemsatse argumentan que el área quirúrgica debería mantenerse.
Una área quirúrgica que fue reformada sobre el año 1999 y la remodelación fue inaugurada por el entonces conseller de Sanitat i Consum, Francesc Fiol, se hizo sobre los tres quirófanos ya existentes y la ampliación se realizó utilizando la capilla y el convento de las religiosas que durante años estuvieron sirviendo en el hospital.

Se construyeron cinco quirófanos totalmente equipados con una UCI de ocho camas y un área de despertar de diez camas.
En la época del Pacte de Progrés ya se intentó reconvertir, de hecho una parte del área está cerrada y con restos de obras. La UCI fue trasladas a son Llàtzer en la época del Pacte.

El PP reactivó la actividad quirúrgica que concluirá en julio, según la previsión de Gesma.