La práctica del cicloturismo constituye en Mallorca un deporte cada vez más extendido, no sólamente entre los turistas, sino también por parte de un número cada vez más alto de aficionados locales al disfrute del paisaje, a ritmo de pedal.
Mallorca, pese a la creciente saturación del tráfico vial, todavía posee por fortuna, carreteras secundarias muy apropiadas para esta modalidad deportiva. Así lo asegura Sinto Sanz, coordinador del club Ferrerets, que de forma regular organiza excursiones en distintos itinerarios que van desde el Pla y es Raiguer a la Serra de Tramuntana, desde el Pariatge a la costa del Llevant.
«Lo cierto es que la construcción de las nuevas autovías y desdoblamientos, al contrario de lo que pueda parecer, en lugar de perjudicarnos, nos ha favorecido. Antes, las carreteras comarcales estaban saturadas de coches y era un inconveniente a la hora de llegar en bicicleta a las rutas destinadas al cicloturismo», indica Sinto Sanz.
Y es que, como pudimos comprobar en el itinerario que cubrimos con Els Ferrerets el pasado sábado, la concurrencia entre los miembros de más de 70 grupos federados en las Islas es muy numerosa a lo largo de las rutas perfectamente señalizadas en los mapas ubicados por el Govern.
La red cicloturista de la Isla suma un total de 235 kilómetros y atraviesa campos de almendros, bosques de pinos, caminos de montaña, senderos litorales y fincas rústicas que nos hacen olvidar el aspecto masificado o degradado de otros lugares.
Con los componentes del Club Ciclistes Els Ferrerets recorrimos parte de un itinerario que desde Palma nos llevo, en primer lugar a Esporles y Santa Maria.
Gabriel Alomar
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