Una imagen de la celebración del Firó de este año. Foto: TERESA AYUGA

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Miles de personas entre sollerics y visitantes vivieron ayer una vez más el espectáculo del Firó. Contra todos los pronósticos y después de los tres días de Fira peores que se recuerdan debido al mal tiempo, finalmente el programa se llevó a cabo sin prácticamente ningún incidente importante. Las batallas celebradas en el Port de Sóller contaron con un público incluso superior al de otros años. A pesar de que la inestabilidad atmosférica se mantuvo durante toda la tarde e incluso cayó algún chaparrón, ninguno de éstos sirvió para apagar la pasión que había entre los luchadores de los dos bandos enfrentados en las encarnizadas batallas. Tampoco apagaron decenas de kilos de pólvora negra disparados por trabucos, cañones y miles de cartuchos de salvas. Durante unas horas, Sóller y el Port regresaron un año más atrás en el tiempo para revivir, esto sí, en clave festiva, los trágicos hechos que el 11 de mayo de 1561 costaron la vida a tantos habitantes del Valle y tiñeron de rojo las aguas de sus torrentes.

A pesar de las numerosas «bajas» en ambos bandos, una vez más la milicia payesa, a las órdenes del capitán Joan Angelats, se impuso sobre los corsarios dirigidos el perverso Ulutx Alí y se hicieron de nuevo con la victoria. En los simulacros participaron más de 1.000 personas, entre payeses, payesas, moros y bandoleros. También se vieron algunas 'moras' aunque éstas participaron a título personal ya que no existe este colectivo en el programa de la fiesta.

La arenga del capitán Angelats se producía poco después de que las campanas del pueblo tocaran arrebato debido a la presencia de barcos corsarios cerca de la costa sollerica y a la constancia de un desembarque ya realizado con éxito en ses Puntes.