TW
0

El pasado 8 de mayo, la alcaldesa de Palma, la socialista Aina Calvo, daba a conocer que a lo largo de este año el Ajuntament de Palma cambiaría o daría nombre a un total de 141 vías públicas, 68 de ellas con denominación ligada al franquismo.

Dichas 68 calles forman parte de un dictamen o decreto que se aprobó el 1 de mayo de 1942, que afectaba a un total de 229 calles. La mayor parte de ellas ya cambiaron de nombre, de forma paulatina, desde el restablecimiento de los ayuntamientos democráticos, en 1979, primero con el alcalde socialista Ramón Aguiló y luego con los alcaldes populares Joan Fageda y Catalina Cirer.

El anuncio hecho público por Calvo hace diez días fue muy bien recibido en general. Sin embargo, desde esa fecha se ha suscitado también, a la vez, una cierta polémica, ya que ha habido diversas críticas por el hecho de que algunos nombres de calles relacionados con la Dictadura, no incluidos en la lista presentada por Calvo, no serán cambiados aún este año.

En este sentido, la edil de Cultura, Nanda Ramon, del Bloc, ha recordado que a lo largo de 2008 sólo cambiarán su denominación las 68 calles "y quizás alguna más que ahora está aún en estudio" que aún quedan del decreto de 1942. Ramon recordó que con posterioridad a dicho decreto se pusieron más nombres de calles con denominación ligada a la dictadura franquista, nombres que serán sustituidos a lo largo del actual mandato, que acaba en 2011.

Otro motivo de polémica ha sido la generalización que se ha hecho "errónea e injusta" sobre todos los nombres que estaban incluidos en aquel texto de 1942, ya que se consideraba de manera global que todos ellos estaban directamente relacionados con el golpe de estado y la sublevación contra el gobierno legítimo de la Segunda República o con la represión posterior durante la Guerra Civil y la dictadura franquista.

En este sentido, Ramon ha reconocido esta semana que entre los nombres que serán sustituidos los hay que corresponden también a víctimas de la Guerra Civil, «no sólo a fascistas o a verdugos».

Entre los nombres propuestos y aprobados ahora por la Comissió de Toponímia, todos igualmente valiosos, hay uno que, sin embargo, podría resumir muy bien el espíritu último que anida tras dichos cambios. Esa vía se llamará... calle de la Concòrdia.