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El pueblo de Pollença revivió ayer por la tarde la tradición de mano del ancestral baile de las Àguiles, este año ha sido interpretado por las jóvenes Maria Àngels Cifre y Núria Morro, que vivieron ayer uno de los momentos más emotivos de su vida después de que fueran elegidas hace un año para interpretar el tradicional baile que se repite todos los domingos del Corpus.

Los preparativos del baile empezaron sobre las tres de la tarde en la iglesia de Sant Jordi, aunque no fue hasta las seis, aproximadamente, cuando salieron a la calle para dirigirse hasta la iglesia parroquial donde realizaron el primer baile. Las Àguiles y el personaje de Joan Pelós, interpretado este año por el joven Jaume Llompart, tardan más de tres horas en vestirse como manda la tradición debido al gran número de las valiosas y antiguas joyas que lucen durante el baile.

El proceso de colocación de los vestidos de las Àguiles y las joyas es el inicio de la tradición. Las jóvenes llevan sujetas a la cintura, los brazos, los cabellos y entre las capas del vestido todo tipo de joyas cedidas por familias de Pollença para la ocasión. Aunque se aceptan diversas joyas, las más admiradas son las medallas, cruces de malta, cruces mallorquinas o botones de oro que se colocan de una forma muy cuidadosa en los vestidos que pueden llegar a pesar hasta cuatro kilos. Una vez vestidas y ya en la calle, las Àguiles son precedidas durante la procesión por Joan Pelós que oculta su rostro con una máscara y carga con el tradicional cordero en su zurrón.

Pollença es el único municipio de Mallorca que conserva la tradición del ancestral baile de las Àguiles, ya que en otros pueblos como Sant Joan o Felanitx el baile se ha perdido con el paso del tiempo.

Maria Nadal