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JM/E.P El PP creará una comisión ética que garantice la honorabilidad de los militantes populares. Ésta es una de las propuestas que figura en la ponencia de estrategia política del próximo congreso y que fue presentada por José Ramón Bauçà, alcalde de Marratxí y futuro integrante de la ejecutiva de los 'populares' si, finalmente, gana el congreso Rosa Estaràs. Bauçà explicó que se propondrá la comisión ética unas medidas de obligado y previo cumplimiento al nombramiento de cualquier cargo público dentro del partido.

Para Bauçà, se impulsa un código ético dirigido a asegurar la transparencia dentro del partido, al creer necesario acabar con la corrupción «a todos los niveles, con firmeza y determinación». Por ello, abogó por la «eficiencia ética contra el abuso del usufructo de la acción política y por la opacidad y la falta de información».

Según consta en el borrador de la ponencia, que ahora será enviado a las juntas locales para que durante un mes reciba aportaciones, modificaciones y enmiendas, los populares pretenden en las Islas protagonizar una alternativa de gobierno y constituirse como la «mejor» elección para la ciudadanía, defendiendo «sentimientos regionalistas» aunque también de pertenencia a un proyecto común «que es España», declaró Bauçà.

Otro de los aspectos que comentó Bauçà fue el desacuerdo del partido a los pactos de gobernabilidad «como mera plataforma de poderes oscuros y poco transparentes».

Bauzà abogó, asimismo, por la transparencia en la gestión del suelo en paralelo a la protección del medio ambiente, así como por el desarrollo del nuevo Régimen Especial de Baleares (REB) que contemple actuaciones para facilitar el acceso a la vivienda. «Creemos en el equilibrio, la legalidad, la seguridad jurídica y la creación de viviendas a precios asequibles», añadió Bauzà, quien apostó al mismo tiempo por un esquema turístico alejado del tradicional, con la promoción de distintos parajes de las Islas, la innovación y el trato «exquisito» a los turistas, favoreciendo a la desestacionalización.

En cuanto a la lengua, la formación 'popular' apuesta por la importancia de no considerarla un requisito indispensable para acceder a la Administración, sino un mérito, toda vez que recalcó la necesidad de percibirla como un instrumento de comunicación, fomentando asimismo un bilingüismo como hecho «natural» que no suponga «trastornos», de modo que el uso de castellano o catalán «sea una decisión personal y libre, que no suponga rencores».