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La jornada de ayer empezó como una más para el secretario de Cort, Agustí Estela, a quien se le había comunicado que a las 09.00 horas tendría lugar la firma de un acta de cesión de un vial en el salón de plenos, acto que debía contar con su presencia, cuando, en realidad, y sin él saberlo, lo que ese espacio emblemático de Cort iba a albergar a partir de esa misma hora era el homenaje más multitudinario y afectuoso que ha tenido lugar en el Ajuntament en estas últimas décadas, homenaje preparado en absoluto secreto por parte de su secretaria, Francisca Marcús, que contó con la complicidad de todas las personas que sienten verdadera estimación y aprecio personal por Agustí Estela, que es tanto como decir todas las que han tenido la suerte de conocerle o de trabajar con él alguna vez, así como con su mujer, Catalina, sus hijos, y su hermana, Maria Victòria, que también estuvieron presentes.

Afecto
Además de una muy nutrida representación de los funcionarios y funcionarias del Ajuntament, por parte del equipo de gobierno asistieron la alcaldesa de Palma, la socialista Aina Calvo, así como los ediles Eberhard Grosske, Joana Maria Borràs, Joaquín Rodríguez, José Hila, Nanda Ramon y Andreu Ferrer, mientras que por parte de la oposición acudieron su portavoz y alcaldesa en el pasado mandato, la popular Catalina Cirer, así como los ediles Margalida Ferrando, Sebastià Sansó y Sandra Fernández.

En el transcurso del acto de homenaje, Calvo entregó a Estela una figura que representa a un tamborer de la sala, mientras que el jefe de Població, Amador Ferriol, leyó un discurso lleno de emoción y Marcús le entregó un libro en el que está recogida toda la vida laboral del secretario, iniciada en Amposta y Maó, que cuenta con palabras de agradecimiento de todos los alcaldes con los que trabajó en Cort, Ramón Aguiló, Joan Fageda, Cirer y Calvo. Estela tomó luego la palabra para, visiblemente emocionado, dar las gracias a todos, pedir disculpas por si alguna vez había ofendido a alguien y recordar a quienes ya se fueron.

Una impresionante ovación sirvió de colofón a un acto en el que no sólo se reconoció al funcionario que se jubilará el 14 de agosto, después de 26 años de servicio en Cort, sino también a una buena persona, a un hombre honesto, sabio y bueno.