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Si alguien hubiera levitado ayer en la jornada de clausura del congreso del PSIB nadie le hubiera dado la más mínima importancia. Era tal la euforia de la militancia -que se contagió incluso a las personas invitadas, Maria Antònia Munar incluida- que si cualquiera se hubiera elevado sobre las cabezas de quienes llenaban la el auditorio del Conservatori de Palma, quizá ni habrían reparado. Ayer fue uno de esos días que los socialistas no olvidarán nunca y que cuesta imaginar que se repita en un futuro. Ya lo dijo Xisco Femenías, el joven alcalde de Andratx que estos días ha presidido el congreso: «Bueno, pues con este clima damos por concluido este congreso con tan buen rollo».

La frescura de las palabras de Femenías fue el colofón de una sucesión encadenada de piropos que Leire Pajín, la secretaria de Organización del PSOE, dedicó a todas aquellas personas a las que citaba.

Se llevó la Palma Aina Calvo (repárese en la imagen que acompaña esta página y los aplausos dedicados a la alcaldesa), de cuya amistad presumió Leire Pajín. Afirmó que está más contenta que nunca de venir a Palma desde que Calvo es alcaldesa y le pronosticó un futuro de los más brillante. A Francesc Antich le puso por la nubes por haberse anticipado a las políticas de Zapatero en materia de igualdad; de Francina Armengol dijo que «ponía siempre por delante los intereses de la ciudadanía». Y añadió que para Francina los intereses de la gente son más importantes que los del partido. Se acordó de Joana Barceló, de Teresa Riera, de Joan Mesquida y... hasta de Ramón Socías. Nadie se había acordado del delegado del Gobierno en este congreso y viene Leire y le dice que «representas al Gobierno como nadie». Olé, Olé. Eso sí que es venir a Mallorca y quedarse con el personal.

La ilusión y la alegría era ayer contagiosa en el Conservatori y la gente tenía ganas, muchas ganas, de fiesta. Llega a ser un viernes noche la clausura de ayer y centenares de socialistas habrían salido a quemar la noche de Palma. Ayer tuvieron que conformarse con cantar La Internacional. Y la cantaron, vaya si la cantaron. Habitualmente la megafonía por donde se pasa la versión 'enlatada' anula las voces en directo en este tipo de congresos. Ayer no. Y Aina Calvo, hasta la bailaba. Vaya 'chute' de autoestima.

Torres Blasco