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Puerto Portals se parece cada vez más a El Corte Inglés en el primer día de rebajas. Cambias unos rulos por diadema de diamantes y las zapatillas raídas por unos manolos. En vez de monedero del todo a cien, visa oro; en vez de dejar el carrito en la puerta, amarras el yate. Salvo salvedades, la misma concurrencia. Es la realidad a otra escala. Una escala que podría ser de 32 metros de eslora, como el barco del emir de Qatar, Hamad bin Califa al-Thani. Sé lo que hicisteis tras las fronteras de Oriente Medio, porque estuve allí.

De pequeña veía una serie fascinante «Belleza y poder». Ahora la vivo. Una pena la figura del figurante. Participé en el decorado de una vida de emir. Tanto lujo y apenas le ve nadie. Suele pasar con las grandes fortunas. Una de ellas está anclada en el Puerto más internacional de Mallorca. Para que se hagan una idea, la cuenta de la cena de Hamad bin Califa al-Thani, típico nombre que o te quedas con él enseguida o lo olvidas para toda la vida, ascendía a 27.000 euros. Una cifra nada despreciable incluso para el único restaurante de Mallorca que presume de dos estrellas Michelin. Y es que Mallorca, lo sabe don Juan Carlos, es tierra de reyes.

La belleza llama a la belleza como el poder llama a los poderosos. Misma noche, mismo restaurante, mismas luces y velas, sin música, eso sí, pero de nuevo los mismos figurantes. Dicen las lenguas sabias que por ahí andaba también el productor de Madonna. Tiene tantosÂ… que apuesto por uno de ellos, quizás el joven Floyd Nathaniel Hills, conocido como Danja pero no me atrevería a confirmarlo. Te quedas con la estrella, no con el producto.

A Portals no le gusta la piratería. De ahí que hasta las doce te ofrezcan el producto de calidad. Dolce & Gabbana, Chanel, Ray Ban. Nada de top manta. Mientras, digieres la cena y sigues con el distintivo, un Capuchino y el Mohito para calentar motores al son de un dj casi personalizado. A veces sientes el pinchazo de melancolía, ¿quién se acuerda ya de Cats? Quizá sólo un príncipe nostálgico de soltería. Pero la oferta continúa. En verano, Portals no se acaba nunca, uno se puede encontrar bailando con lobos, o entre la realeza. Los sitios cambian pero el glamour persiste. Wellie's, Flanigan, Diblito, Tahini, en la variedad está el gusto, en la marca de la solapa la diferencia de trato, en el precio, eso sí, no hay distinciones.