Helos ahí. Son los tres hijos menores de Diandra. Hawk y Hudson, gemelos, rubios y muy extrovertidos, que van a cumplir pronto los cinco años, e Imara, una preciosa niña de tres, con ojos azules.
Hablamos largo y tendido en el salón de la casa, frente a una rica merienda que nos ha preparado el cocinero. Y hablamos de muchas cosas. De Obama, por ejemplo. «Yo estoy convencida de que va ganar "afirma". Es aire fresco para el país, y una esperanza para la juventud norteamericana. Tiene la virtud de saber presentar los proyectos de forma distinta. ¡Y pensar que hace unos meses era un desconocido, un joven congresista...!». La única duda que tiene es si Obama va a caer bien a los norteamericanos de la América profunda, a los del sur.
Hablamos, cómo no, de los niños. Según leí en internet, son hijos nacidos en un vientre alquilado al que se le había inseminado los dos elementos imprescindibles para generar una nueva vida.
Diandra no sólo asiente, sino que, además, matiza: «Yo había tenido ocho abortos.... Me puse en contacto con una asociación médica muy seria que hay en Estados Unidos, que si les demuestras que no puedes llevar bien un embarazo de nueve meses, facilita, de forma legal, que puedas ser madre a través de mujeres que ya tienen sus propios hijos, y que quieren ayudar a otras a que lo sean a pesar de que no pueden. El embrión no es suyo; se limitan a llevarlo y a que en su cuerpo se engendre una vida que le han inseminado. El embrión es mío y el semen de Zac. (Zac es un banquero norteamericano, amigo de Diandra, que estuvo con ella en S'Estaca y que la acompañó cuando murió su madre, sin dudad uno de los momentos más dolorosos de su vida).
Dice Diandra que la llegada de sus tres hijos le han hecho ver la vida de otro modo. «Veo la vida de forma más fresca, más optimista; me han enseñado a apreciar las pequeñas cosas, las que no damos importancia. En realidad estoy viendo la vida como ellos. ¿No ves lo llenos de vida que están...? ¡No paran! Pues todo eso me lo han contagiado a mí». Y a continuación, como si reflexionara en voz alta, añade: «El primero lo tuve muy joven, y estos tres han llegado cuando ya soy un poco mayor, por lo que no he logrado ser madre cuando toca. Lo he sido, o pronto, o tarde. Aunque lo importante es ser madre, y yo lo soy, y además soy una mujer muy feliz».
En lo que respecta a Cameron, Diandra señala que «se siente muy feliz con sus hermanos, a los que adora».
He leído "le digo" que Cameron, si se lo propusiera, podría ser un gran actor. Diandra asiente.
Pedro Prieto
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