El Ajuntament de Palma está investigando posibles irregularidades en los contratos con las empresas del Servei d'Ajuda a Domicili (SAD) de Ciutat. Según fuentes municipales, las contratas «no incluían acuerdos que permitieran incrementar» la partida destinada al servicio, unos aumentos que sí se hacían de forma anormal a través del «IPC o de horas de servicio», entre otros conceptos.
Cort ha elaborado un informe de carácter técnico sobre la gestión económica que detalla las anomalías detectadas y que, en la actualidad, está en manos del secretario, quien debe evaluar el nivel de irregularidades. «Se han detectado incrementos que se llevaron a cabo de forma fraudulenta», afirman las citadas fuentes.
Desde el Ayuntamiento se insistió en que su postura sigue siendo «negociar un nuevo contrato», en el que podría contemplarse «la internalización del servicio» con la «lógica salarial» que tienen «los trabajadores del consistorio», explicaron fuentes municipales. «Todavía queda tiempo para estudiar todas las opciones».
Por otra parte, los trabajadores del SAD afrontaron ayer al mediodía su cuarta jornada de huelga indefinida con una concentración que congregó a una cincuentena de empleados ante el Ajuntament para reivindicar mejoras salariales. El paro ha sido convocado por los sindicatos UGT y USO.
Los trabajadores familiares registraron en Cort un escrito con las peticiones y 350 firmas de usuarios y empleados. Su primer objetivo era entregárselos en persona a la alcaldesa Aina Calvo, algo que no pudo ser por encontrarse en el acto de cinco minutos de silencio convocado ayer a las puertas del Consolat de la Mar con motivo del accidente aéreo ocurrido el miércoles en Barajas.
Durante la concentración, Tomás Navarro, secretario de organización de la Federación de Servicios Públicos de UGT en Balears, criticó que la regiduría de Benestar Social, que dirige Eberhard Grosske, haya realizado «dos informes jurídicos contradictorios». «El consistorio ya ha modificado otra contrata sin basarse en ningún informe, ¿por qué no hace lo mismo con el SAD?», explicó Navarro. Precisamente, los dos informes técnicos protagonizaron la manifestación de ayer. Las empleadas del SAD montaron en medio de la plaza de Cort un gabinete jurídico con dos paneles. En uno podía leerse «negociado de contratos con informe que dice sí» y, en el otro, «negociado de contratos con informe que dice no». En medio, una explicación concisa del salario de las trabajadoras familiares: «1.070 euros brutos que se convierten en 907 euros netos».
No fueron los únicos carteles. Hubo otros, como el que decía «Sra. Calvo, Sr. Grosske, Sres. de la patronal. Ustedes sí llegan a fin de mes. Nosotras no»; u otro en el que podía leerse «los políticos solicitáis informes para aumentaros el sueldo».
Mariano Torres, uno de los usuarios del Servei d'Ajuda a Domicili, quiso acompañar ayer a los trabajadores durante la concentración, que se prolongó durante varias horas. «Quiero reivindicar el trabajo que hacen, sin su ayuda no podría ni ducharme». Para Mariano Torres, la situación que viven «no es justa». «Nos tratan como a reyes. Es una vergüenza lo poco que cobran», afirmó.
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