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El accidente de Spanair, más allá del drama humano, ha provocado una serie de interrogantes que cuestionan que la compañía Spanair cumpliese todos los requisitos para garantizar la seguridad del vuelo que finalmente se estrelló en el aeropuerto de Barajas. El sindicato de pilotos ha pedido cautela y que no se responsabilice gratuitamente a Spanair del desastre. La compañía con sede en Palma sostiene que un calentamiento excesivo en una toma de aire que alimenta algunos sistemas del avión pudo ser la causante del accidente. El exceso de peso y el deficiente mantenimiento del avión también se barajan como los desencadenantes del accidente. Sin embargo, todavía no hay una respuesta definitiva sobre lo ocurrido. La versión oficial sostiene que la investigación sobre lo ocurrido el miércoles en Barajas puede tardar más de un año.

No se puede esperar tanto tiempo para conocer qué problema, avería o fallo humano, provocó el accidente. La difícil situación por la que atraviesa Spanair debe ser un argumento más que suficiente para averiguar lo ocurrido. Spanair no puede permitirse que transcurra tanto tiempo para conocer las causas del accidente porque su credibilidad está en juego. Precisamente, los problemas sobre una presunta mala gestión de la compañía pueden generar mucha desconfianza entre los usuarios. Ello podría suponer un golpe definitivo para la compañía. No hay que sacar conclusiones precipitadas sobre las causas del accidente, pero los ciudadanos deben saber lo antes posible qué ha ocurrido. Y el Gobierno central debe obligar a Spanair que explique lo antes posible qué pasó en el avión MD 82. Mientras tanto, varias familias mallorquinas están rotas por el dolor. Finalmente, tres pilotos mallorquines fallecieron en el accidente. Descansen en paz.