Un civil en el 'Elcano'

Desde el 14 de agosto de 1989, en que se embarcó por primera vez, hasta la fecha ha hecho 19 viajes en el buque escuela, de ellos, tres han sido para dar la vuelta al mundo, una travesía que suele durar nueve meses, «y cinco veces he cruzado el Estrecho de Magallanes», lo cual no está nada mal.

Gabriel no es el único mallorquín del buque escuela, «hay tres marinos, que yo sepa», dice. «Pero como mallorquín civil, soy el único». Soltero y sin compromiso, en su DNI figura que vive en el Elcano. Pero le gustaría retirarse prestando sus servicios en la Comisión Naval de Regatas, de Portopí. «Porque, ¿sabe usted?, después de tantos años de estar fuera, a uno le tira su tierra».

Nada tiene en contra de los marinos que se casan, «que están fuera durante semanas, pero que también disponen de tiempo para compartirlo con su mujer e hijos. Pero creo que lo mejor es estar soltero».

Volviendo al Elcano, al que, después de tantos años, prácticamente se conoce como la palma de su mano, Gabriel nos dice que tiene 20 velas, de las cuales, las que posiblemente se deterioren más sean las más altas, o stays, y las de proa, escandalosas, y cuando eso sucede él las repara en un taller que tienen en el mismo buque, o si no en cubierta, y que lo hace, o bien a mano o a máquina de coser: «Soy tapicero, y eso me ha valido de mucho para este trabajo».

¿Su próximo viaje? En enero. Será un largo viaje, no la vuelta al mundo, pero como mínimo seis meses lejos de España: Cádiz, Tenerife, Brasil , Puerto España, Cuba, Colombia, Galveston, etc...

Pedro Prieto