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Tiene 21 años y desde los 14 está en el mundo de la moda como modelo, donde tiene mucho futuro. Y es que Xisca, la próxima semana, desfilará en Cibeles por quinta vez, lo cual sólo está al alcance de las que sobresalen.

A Xisca la conocimos ayer por la mañana en las dependencia de Hexel. Había acudido a una sesión de fotografía y a que «María y José» la maquillará y peinará. Nos contó que alterna el modelaje con el trabajo de camarera en Son Amar. «Eso lo hago, sobre todo, en verano», matiza. Y añade: «Es un trabajo, el de camarera, que nada tiene que ver con el de modelo, pero a mí no se me caen los anillos. Como necesito dinero... Pues, que más me da. Además, ahí estoy muy bien».

Para Xisca, ir a Madrid es como al jugador de fútbol que le llaman para ir a la Selección. «Más o menos es eso. Yo llevo yendo desde que comenzó José Miró -hace memoria-, diez temporadas... diez desfiles... ¡Cinco años!».

Como hemos dicho, la descubrió el diseñador mallorquín, Miró. «O para ser más exactos, me descubrió su madre, en el Carrefour. Tenía 14 años, esa señora no hacía más que mirarme, se lo dije a mi madre... Esa señora no pudo aguantar más, se acercó, se presentó, habló con mi madre, le dimos el número de teléfono y a las pocas semanas me llamó José Miró, quien me invitó a ir a su taller, a probarme ropa. Luego me hizo caminar y por último me preguntó si quería desfilar». Total, que de este modo se convirtió en chica Miró. ¿O mejor, musa de Miró? «Me da lo mismo. Para mí, José, es mi mejor amigo... No sé, es como si formara parte de mi familia. Tengo mogollón de confianza con él y sé que puedo contar siempre con él».

Para Xisca, la modelo ha de tener una serie de cualidades indispensables. «Que no se confíe demasiado., que tenga mucho carácter, que tenga presente siempre lo que quieren. Y que si se fija una meta, la tiene que alcanzar. Para ello se ha de tener mucha fuerza de voluntad, que su ánimo no decaiga, y que no se le suban los humos por haber estado en alguna pasarela importante».

Su objetivo más inmediato es Cibeles, de la mano de Miró, y establecerse en Madrid para comenzar a trabajar con su nueva agencia. Pues mucha suerte, Xisca.
Pedro Prieto