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Si no fuera por la existencia de AMADIBA, muchos padres con hijos con discapacidad intelectual y alta dependencia (aquejados de ceguera, sordera, etc, lo cual agrava su estado), tendrían serios problemas, ya que requieren una atención costante por parte de alguien, pues ellos solos no saben valerse. AMADIBA, como decimos, ha solventado en parte este problema, a base, sobre todo, de los programas de Ocio y tiempo libre y de Respiro familiar.

El sábado estuvimos en el colegio público Camilo José Cela, que el Ajuntament de Palma les cede para que desarrollen la actividad de Ocio y tiempo libre. Son unos 55 chicos, el mayor de más de cuarenta años, debidamente atendidos por una directora, un coordinador, nueve trabajadores y varios voluntarios. 55 chicos a los que se les tenía que hacer pasar la mañana a base de juegos y luego darles de comer, algo -lo uno y lo otro- que requiere mucha paciencia, y mano izquierda.

Un trabajo en el que la vocación es fundamental. Así, de este modo, los chicos pasan la mañana entretenidos, inmersos en su mundo, en el que penetran sus cuidadores con propuestas atractivas para ellos.

Pintar, jugar a bolos... Observamos que de vez en cuando alguno se enfada y protesta. O dice que no juega, o que no le dejan jugar. Pero enseguida, gracias a la intervención del trabajador, todo vuelve a la normalidad. Todo sin un mal gesto, sin una palabra más alta que otra.... Y si mantenerlos entretenidos es poco menos que un arte, arte es también que coman, algunos ayudados, otros por sí mismos. Todo, ya decimos, es cuestión de paciencia y de cariño.

AMADIBA también cuenta con otros medios para hacer más llevadera su situación, como transporte, viviendas tuteladas, centros de día, etc., sin olvidar la atención que les prestan en vacaciones de verano, Semana santa, Navidad y puentes.

Natalia López, directora de Ocio y Tiempo Libre de este centro, nos decía que en lo que cabe están a gusto en el Camilo José Cela ya que «AMADIBA, dentro de sus posibilidades, aporta una serie de adaptaciones para que los chicos se encuentren cómodos», aunque les gustaría tener algo más de seguridad ya que el Ajuntament les cede el centro de palabra, debiéndolo renovar año tras año, y llevan 14.

Natalia añade que «nos gustaría que a través de un convenio que firmaríamos ambas partes, se diera mayor consistencia a esta relación, lo que nos permitiría acometer mejoras en el cole para los chicos y poner fin a la angustia de saber si podremos seguir utilizando el centro en el futuro».