Ángel Pujol, Irene Mestre, Amalia García y María Jesús Lázaro, en la exposición.

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Son veinte piezas y todas ellas creadas por seis alumnas del Curs de Reproducció de Ceràmiques Tradicionals de la Escola Superior de Disseny de les Illes Balears.

Desde ayer y hasta el próximo día 21 se exponen en la escuela con el objetivo de dar a conocer en profundidad y espíritu las formas y los usos de la cerámica popular de las Islas. Jarras utilizadas en la agricultura para el transporte del agua, un comedero de palomas, un criadero de conejos, un botijo utilizado por pescadores, y varios safa o ataifor integran una muestra donde las piezas pierden su funcionalidad, conservan sus formas originales y estrenan tamaño, materiales y textura.

«Se ha utilizado en el curso barro de baja temperatura y pasta refractaria, así como distintos esmaltes, óxidos colorantes de cobre, manganeso y cobalto y cubiertas de alta temperatura. Existe la pervivencia de unas formas, de algunas de las cuales ya se tenía constancia en el pretalayótico, como en el caso de estos platos fuertes con paredes altas (safa)», afirma Amelia García, jefe del departamento de Cerámica y profesora de la Escola Superior de Disseny.

Joana Cladera, Bárbara Pons, Dori Ibarra, Abida Buossi, Susana Ballesteros y Amparo Garrido han trabajado durante tres meses las piezas, «pasando de la funcionalidad a lo artístico», afirma Susana Ballesteros. «Todo el proceso tiene como base las piezas populares de les Illes Balears, piezas que hemos documentado en diferentes libros», añade Dori Ibarra.

«Lo que han hecho ha sido un proceso de recreación y recuperación de la cerámica tradicional, pero acercándola a la cerámica contemporánea. Se trata de ver hasta dónde llega la transformación de la pieza sin perder la forma», afirma Maria Jesús Lázaro, profesora del monográfico. El curso de cerámica ha sido subvencionado por el Institut d'Innovació Empresarial de les Illes Balears de la Conselleria de Comerç i Indústria.

Mercedes Azagra Foto: Jaume Morey