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M. GONZÀLEZ/EUROPA PRESS El 60 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos se celebró ayer en Palma con un conjunto de actos, en los cuales se recordó, sobre todo, que pese a lo mucho que se ha avanzado en estas seis décadas, todavía existen muchos rincones del mundo en el que los Derechos Humanos son pisoteados a diario.

Los actos convocados, a las 19:30 horas, se trasladaron de la Plaça de Cort al zaguán del Ajuntament, huyendo del frío y la lluvia, y se iniciaron con un concierto de la Coral Universitària de Majors de la UIB, en mitad del cual se celebró el tradicional encendido de velas en recuerdo de las personas que han padecido las violaciones de los Derechos Humanos. Decenas de ciudadanos acompañaron a los representantes de Amnistía Internacional, organizadora del acto, y de Drets Humans de Mallorca.

Precisamente el presidente de esta última entidad, Bernat Vicens, alertó ayer de que la actual situación económica puede comportar también una crisis de los Derechos Humanos que generará, entre otras cosas, que «mucha gente pase a engrosar las filas de la marginación» o haya personas que no cuenten con una vivienda digna. Vicens destacó que el hecho de que, por ejemplo, muchos individuos no puedan pagar la hipoteca, ocasionará que pasen la «línea fronteriza» que existe entre «la gente normal y la excluida».

Asimismo, remarcó que un problema en cuanto a los Derechos Humanos en las Islas será el que afectará principalmente a los inmigrantes puesto que el 50 por ciento de éstos se encuentra en situación irregular. Según fuentes de Amnistía Internacional, en 2007 hubo un total de 1.252 personas que fueron ejecutadas en 24 países diferentes; se documentaron casos de tortura y maltrato en más de 81 países, mientras que en 45 países hubo presos de conciencia. Además, 854 millones de personas padecen hambre y 1.100, de las cuales más de la mitad son mujeres, no tienen una vivienda digna.