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JUAN MIGUEL GIMÉNEZ La puesta el marcha del llamada por Cort eje cívico de Blanquerna-Cotlliure, hasta la calle Ticià, ha puesto en pie de guerra a los comerciantes de la calle Blanquerna. La supresión de más de doscientas treinta plazas de aparcamiento y la peatonalización de la calle es vista por los empresarios como la muerte del barrio y sobre todo del comercio en la zona. En la calle hay unos 90 comerciantes regentando diversos comercios y todos ellos consideran que la interrupción del tráfico rodado será una gran pérdida para sus negocios y, por añadidura, para el barrio.

Otro factor que preocupa y mucho a nuestros encuestados es el tema de la inseguridad ciudadana: «Sabemos que cortar la circulación de un barrio hace que a ciertas horas parezca muerto, lo que servirá para que aumente la inseguridad ciudadana, como ha ocurrido en otros lugares». También se apunta el aumento de indigentes, como ya ha ocurrido en el tramo que hay peatonalizado antes de llegar a la Plaça Santa Pagesa: «Tenemos el ejemplo bien cerca. Desde que se peatonalizó el último tramo de la calle cerca de la plaza un grupo de indigentes se han atrincherado ahí y son los dueños de la calle, además de los cajeros de los bancos. No es una crítica, ya que nada tenemos contra los sin techo, pero es una realidad que se debe contemplar y estudiar». Pero sin duda lo que más ha molestado al colectivo de comerciantes ha sido la indiferencia del Ajuntament hacia ellos: «Ni una sola consulta sobre nuestro parecer, se tomó la decisión con nocturnidad y alevosía. Nos hemos enterado por la prensa, creemos que ante una decisión de este tipo, con lo que conlleva para el barrio y el comercio de la zona en general, se podría haber tenido la delicadeza de convocar una reunión para explicar a los afectados las intenciones que se tenían. Es más, creemos que ha sido una decisión poco meditada por Cort».