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No hay nada mejor que empezar el año con una fiesta entre amigos y terminarla al amanecer con un buen chocolate caliente. Las chocolaterías y cafeterías de Palma mostraban ayer un aspecto algo distinto al habitual: decenas de jóvenes, algunos y algunas vestidos con sus mejores galas, llenaron a primera hora de la mañana de ayer las cafeterías en busca de un café o chocolate calientes tras una larga noche de fiesta.

Churros, croissants o ensaimadas, incluso bocadillos para los estómagos más fuertes, fueron los mejores aliados para reponer fuerzas y despedir una larga y animada Nochevieja. Alegres y algo cansados, muchos fueron los jóvenes que terminaron la primera mañana del año alrededor de una mesa, ajenos al frío matinal, y compartiendo los mejores deseos para un año recién comenzado.