TW
0

Faltaban pocos minutos para la medianoche cuando la Plaça d'Espanya era ya un hervidero de gente en Inca. Cada vez son más los vecinos que siguen las campanadas al pie del reloj del Ajuntament abrigados por la gran carpa municipal con música en vivo y cotillón.

En la plaza había rostros de sobra conocidos, como el del propio alcalde, Pere Rotger, y el de la consellera de Comerç i Indústria del Govern, Francisca Vives, que por un día y ante las cámaras olvidaron sus rencillas para felicitarse el año con un beso.

En Manacor la plaza del general Weyler, al pie del campanario de la iglesia dels Dolors, un año más fue el escenario elegido por los vecinos para celebrar la entrada del nuevo año. La orquesta Tramuntana fue la encargada de calentar la fría noche manacorina.

Y al igual que en las dos capitales todos los pueblos de la Isla celebraron al son de las campanas la entrada del nuevo año.