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Las luces invaden las calles durante todas las fiestas de Navidad. Tal vez el humano vea en la infinidad de luces la falta de horas de sol de estas fechas y la necesidad de celebrar con luz, como sinónimo de alegría, la Navidad.

Todos los pueblos de Mallorca engalanan sus calles con miles de luces de todos los colores imaginables, y con infinidad de formas y figuras. Estos últimos años la consciencia ecologista se ha adueñado de las calles y tal vez con un mayor número de luces y con un menor consumo eléctrico se consiguen grandes efectos lumínicos que sirven para embellecer, calles, plazas, monumentos, casas o palmeras.

En Manacor las luces invaden las calles más céntricas, así sa Bassa y la plaza del Rector Rubí simulan un cielo lleno de estrellas que alegran la mirada de los más pequeños que ven con ilusión la presencia de miles de estrellas. En el resto de la ciudad las estrellas se combinan con centenares de motivos navideños que iluminan casi todas las calles de la ciudad.

Las luces azules invaden la plaza del pueblo de Algaida consiguiendo un espectacular efecto, culminado en una imponente estrella tridimensional.
En los otros pueblos de la comarca las luces también van evolucionando para conseguir unas navidades muy lumínicas.
El motivo más utilizado en Inca son las estrellas en sus más variados diseños, desde los clásicos y tradicionales hasta los más modernos, sin olvidar los que simulan copos de nieve.

Una sencilla letra B mayúscula preside la placeta del llogaret de Binigual, salpicada aquí y allá por estrellas pequeñas. La decoración navideña la remata una estrella de Belén.

Alcúdia ilumina sus calles y edificios emblemáticos con elegancia y acierto. Cientos de bombillas siluetean perfiles de árboles, palmeras y edificios. También aquí lucen las tradicionales estrellas, quizá el motivo más repetido en la decoración navideña de muchos pueblos y al que, en los últimos tiempos, se le han añadido las vistosas cortinas de luz. lJ.S./R.D
Fotos: Pere Bota