La oferta de tragaperras en Balears podrá aumentar en los próximos meses.

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Amengual comentó que «a mediados del mes de agosto mantuvimos una reunión con las asociaciones de juego para analizar las consecuencias de la sentencia del Supremo -dictada el 30 de junio y publicada ayer en el BOIB-. Teniendo en cuenta la situación de crisis no pensamos que haya un incremento sustancial de máquinas tragaperras -cuyo número quedó congelado en 1999 en torno a las seis mil en el conjunto de la Comunitat Autònoma-, el problema es que podrían entrar empresas procedentes de la Península que afectarían a las de Balears, que mantienen alrededor de un millar de puestos de trabajo».

El fallo del Tribunal Supremo se basa en el hecho de que el Govern no tenía capacidad normativa en 1999, al igual que ahora, al no disponer de una ley del juego que la Conselleria d'Interior tiene previsto disponer en fase de borrador en el próximo mes de octubre. «Nosotros debemos actuar antes, es por ello que estamos trabajando en un decreto urgente para que la nueva moratoria entre en vigor antes de que concluya este ejercicio de 2009», aseguró Amengual.

Caída de ingresos
Desde la Asociación de Comerciantes de Máquinas Accionadas por Monedas (ACOMAM) su asesor jurídico, Felip Amengual, confirmó que la consecuencia inmediata de la sentencia del Supremo es que «ahora no hay limitación en el número de máquinas y todo está en el aire. Esta situación permitirá la entrada de empresas peninsulares, circunstancia que provoca preocupación entre los empresarios de Balears», aunque tampoco ocultó que «en este momento la coyuntura económica no es favorable para la ampliación del actual parque de máquinas tragaperas».

Otro aspecto que Felip Amengual pone sobre el tapete hace referencia a las «posibles reclamaciones que podrían plantearse al Govern por parte de quienes en su día solicitaron una licencia y ésta les fue denegada basándose en unos decretos que el Tribunal Supremo ha considerado nulos de pleno derecho».

Fuentes del sector han confirmado «el juego en este tipo de máquinas ha caído frente al juego público -con premios más importantes- o las apuestas por internet, la disminución de ingresos ha sido muy importante como consecuencia de la crisis», circunstancia que hace prever un reducción del 20% del actual parque de tragaperras.