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Hoy abre sus puertas en Londres la primera de las tres grandes ferias turísticas del mundo, la World Travel Market, en un clima de absoluto pesimismo. La situación en el mercado británico está marcada por una total incertidumbre. Por un lado, la coyuntura económica del Reino Unido es la peor en muchas décadas. La paridad entre libra y euro está por los suelos y el desempleo ha alcanzado cotas desconocidas en el Reino Unido.

En este contexto, Govern y hoteleros mantendrán de aquí al jueves diversos encuentros con touroperadores y representantes de la Administración central y Turespaña, porque de cara a 2010, con una caída del 15% del turismo británico en 2009 en Balears, todavía más agudizada en Menorca, habrá que hacer un esfuerzo promocional extra para poder competir con el resto de destinos vacacionales fuera de la órbita del euro, caso de Turquía, Egipto, Túnez y Marruecos.

Tampoco ayuda la situación de la libra esterlina, que actualmente vale sólo un 10% más que el euro, porcentaje que se disuelve a la hora de realizar el cambio de moneda en destino, dándose la circunstancia de que, en esa operación, por primera vez «dan menos euros que libras» al turista, lo que provoca un impacto psicológico en la disposición al gasto de los británicos.

En este clima los principales grupos turísticos y touroperadores británicos han sacado a la venta tres meses más tardes sus programas de verano 2010. TUI, Thomas Cook y la patronal ABTA confían en que el mercado crecerá de nuevo a partir de la segunda mitad de 2010, especialmente, a partir de los meses de mayo y junio y poder recuperar los más de 300.000 turistas británicos perdidos en 2009.