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La meteorología bonancible ha hecho posible que permanecieran en los mercados determinados frutos de la temporada otoñal, algunos de ellos muy apreciados por los profesionales de los fogones de la nueva cocina. Así, naranjas de «sang», batata de Málaga, boniato mallorquín, castañas, caquis y nueces, se vienen prodigando además de una gran variedad de setas que en estos días alcanzan su punto álgido, y gracias a sus también variados precios, han obtenido mucha demanda entre los consumidores en la variedad de níscalo, conocido como se viene anunciando, «setas de Àvila». Uno de los más veteranos vendedores del mercado de l'Olivar, Sebastián Escalas manifestó que «las setas de Àvila han venido en cantidad, pero no como en otras ocasiones ya que en esta provincia ha habido incendios. No obstante las que llegan a nuestro puesto son muy frescas y, sobre todo, sanas. El momento de mayor esplendor para ellas, que son también las que tienen mayor demanda, es a finales de octubre y principios del mes de noviembre, pudiendo alargarse la campaña varias semanas».

Los precios de estas setas van variando y se pueden adquirir entre los 16 y los 24 euros. Luego están los picornells, a partir de 14 euros; la llengua de bou, a 19 euros; trompeta negra, a 19 euros; la set de cardo a 9 euros y la más cara, los ceps a 39 euros.

Entre las frutas podemos destacar la presencia del dátil natural, cuyo precio oscila entre los 6'90 y los 7'90 euros. Las castañas también se ven en abundancia, y su precio alcanza entre los 6'50 y los 7'80 euros.

El caqui es otra fruta muy demandada por su fuente de vitaminas y para regular el tránsito intestinal. Su precio, 2'50 euros kilo es bastante asequible. No lo es tanto el de las fresas y las cerezas, que se encuentran fuera del periplo otoñal pero aquí están para las economías más boyantes.

Los frutos que menos demanda han tenido han sido los higos chumbos y las azufaifas o ginjols, cuya variedad híbrida se vendía a 4'50 euros kilo. La presencia de este típico fruto de otoño ha cambiado totalmente su apariencia, en cuanto al ginjol de variedad mallorquina autóctona, cuyo tamaño asemejaba una aceituna. Y mencionando estas últimas, hay que señalar que también se encuentran a la venta las de la variedad arbequina, a 3 euros el kilo.

Para acabar el recorrido, las deliciosas granadas, a 2 euros el kilo, y los boniatos a 1'40 euros, excelentes para los platos navideños que se avecinan.

Amalia Estabén