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El Instituto Balear de Estudios Sociales (IBES), por boca de su director de estudios, el psicólogo Gonzalo Adán, alertó ayer de los efectos perniciosos que tendría en nuestra comunidad el retraso en dos años de la edad de jubilación, sin corregir simultáneamente el bajo nivel académico de nuestros jóvenes.
Con los datos del INE en la mano, Balears es la comunidad que ha sufrido un mayor crecimiento poblacional inmigrante, habiendo superado la emblemática barrera del millón de habitantes por encima ya de La Rioja, Cantabria, Navarra y en los próximos meses, Extremadura.
Inmigración
Según los análisis del IBES, los más de 300.000 inmigrantes venidos en los últimos veinte años -esencialmente jóvenes en búsqueda de trabajo-, están determinando casi todos los aspectos sociológicos actuales, siendo la tercera autonomía más joven (38 años de media), la segunda con mayor tasa de nacidos fuera (superan el 50%), la primera en parejas de hecho, la segunda en separados y divorciados y la primera en consumo de drogas y alcohol por jóvenes.
Para Gonzalo Adán, este perfil psicosocial, lleva aparejado un precario perfil sociolaboral cartacterizado por ser la autonomía de mayor tasa de actividad, la tercera con mayor peso en sector terciario pero la última en muchos indicadores académicos, como por ejemplo en estudios postobligatorios (sólo el 47% los tiene).
El IBES afirma que nos encontramos ante un problema creciente, donde alargar la edad de jubilación sin abordar otras estrategias sociales sólo originaría la frustración de los más jóvenes, que verían alargar en dos años más su incorporación el mercado de trabajo.