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Javier Echevarría, prelado del Opus Dei, visitó ayer por primera vez la Isla y mantuvo una «gran tertulia» con unos 1.500 fieles que arroparon a la máxima autoridad de la institución católica fundada por San Josemaría Escrivá, el colegio Llaüt del Parc Bit. Asistieron al encuentro numersos miembros del Opus, simpatizantes, cooperantes y amigos.
Echevarría también se reunió ayer con el obispo de Mallorca, Jesús Murgui.
El sucesor del sucesor
Tras la muerte en 1994 de monseñor Àlvaro del Portillo, sucesor del fundador, Juan Pablo II nombró a Javier Echevarría prelado del Opus Dei ese mismo año.
El máximo rersponsable del Opus incidió en la defensa de los valores morales de la Iglesia, así como en la importancia de las tradiciones y las formas en el seno de la ortodoxia de la fe.
En la «tertulia» intervino en primer lugar Montse Lezaun, madre de Diego Salvà, uno de los dos guardia civiles asesinados este verano en Palmanova, quien preguntó en su nombre y en el de su marido «¿cómo se aprende a perdonar?».
El amor
Echevarría señaló que el camino es el amor: «Los cristianos deben dar ejemplo y ayudar a los demás, y ser hombres y mujeres que rezan y tratan a Jesucristo», se extendió el prelado del Opus.
Entre constantes alusiones a «San Josemaría», Echevarría aseguró que las mujeres deben considerar que su «recato» es fuente de paz, sin embargo, la pérdida de éste puede provocar sentimientos contrarios en los varones.
El prelado del Opus Dei advirtió que las féminas deben considerar que la provocación puede inducir al pecado.
Asimismo, hizo un llamamiento a «buscar la santidad en la vida ordinaria», alabó «el tesoro de la familia cristiana» e hizo un llamamiento a rezar «para ayudar» al Papa.