Jesús Murgui se dispone a bendecir las palmas y ramos entre los numerosos fieles que ayer se dieron cita en el Palacio Episcopal. | Nuria Rincón
Fieles de todas las nacionalidades abarrotaron ayer el Palau Episcopal y la Seu, donde tuvieron lugar las celebraciones de un soleado Domingo de Ramos.
Una jornada que comenzó a las 10.00 horas en el patio del Palau Episcopal, donde el obispo presidió la bendición de palmas y ramos, para después dirigirse en procesión a la Catedral y celebrar la Misa de la Pasión.
Una misa en la que la réplica de la maqueta del 'tornaveu' de Gaudí cobró protagonismo durante la lectura de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo (San Lucas 22, 14 - 23, 56).
Para esta Semana Santa el obispo de Mallorca ha publicado una carta dirigida a los fieles en la que invita a «encontrar perdón, sentido y esperanza» a la vida y a seguir el ejemplo de Cristo.
«Que se conmueva la tierra por nuestra rutina y habitual indiferencia: ciegos, sordos, fríos (...) Estos días, especialmente, se nos brinda la gracia de la pasión de Cristo. Ante Él, también nosotros doblamos las rodillas y, en silencio, humildemente, dejamos nuestros pecados a los pies de su cruz gloriosa, de su cruz de amor», concluye la carta del obispo para la celebración de la Semana Santa.
Limosna, ayuno y rezo
Como cada año, después de las lecturas de la Misa de la Pasión, Jesús Murgui invitó a los fieles a practicar penitencia, limosna, silencio y reflexión, abstinencia de carne así como ayuno, «principalmente el Viernes Santo», dijo.
Una vez más en su homilía destacó la importancia de la Pasión de Cristo como ejemplo de la lucha del bien frente al mal.
«'Padre, perdónales porque no saben lo que hacen' son palabras indomables frente al mal», afirmó Murgui. «La misericordia y el perdón son la expresión de la omnipotencia de Dios», explicó en su homilía a los fieles.
Por otra parte, en el editorial de la revista cristiana de la Diócesis de Mallorca, el Obispado se pregunta «hasta qué punto la Semana Santa es puro folclore y no sentimiento religioso o muestra de fe».
Editorial del Obispado
En su reflexión pone como ejemplo si las procesiones de Semana Santa son «en teoría expresión de la cultura cristiana mostrada a través de una costumbre. Pero, ¿hasta qué punto no son motivo de competición entre cofradías, para lucirse más, tener más presencia, salir el primero o el último? Hasta qué punto son puro folclore...».
Recuerda el escrito que la Semana Santa no es tiempo para «perder el tiempo en banalidades», sino para la «reconciliación» y un «compromiso solidario».
«Todo lo demás es pura parafernalia», concluye el editorial del Bisbat de Mallorca dedicado a la vivencia de la Pascua.
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