Imagen de archivo de Joan Monjo, Josep Melià y Catalina Julve, en una comparecencia de prensa. | S. Amengual

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El congreso de UM que se celebra el próximo 17 de abril debatirá un código de buenas prácticas que aboga por actuar con más transparencia y ser inflexible con aquellos militantes sospechosos de haber cometido alguna irresponsabilidad en el ejercicio de su cargo.
La ponencia ética pretende ser un texto autocrítico con el pasado más reciente de UM, pero quiere marcar las líneas maestras de cara al futuro. Entre otras propuestas, el código ético da vía libre para actuar contra aquellos militantes que hayan sido detenidos por la policía por razones relacionadas con el ejercicio de funciones públicas cuando ocupen cargos ejecutivos de primer nivel. También será inflexible con los afiliados con medidas cautelares y con los militantes que hayan sido imputados con prisión provisional acordada por el juez, bien sea la prisión incondicional o eludible a través de fianza.
Declarar los bienes
Pese a respetar la presunción de inocencia, UM establece la asunción de responsabilidades políticas con dimisión o suspensión de militancia cuando existan sospechas de que algún militante haya podido protagonizar un caso de corrupción.
Además, la ponencia señala que los cargos públicos de primer nivel deberán publicar y dar máxima difusión a su declaración de bienes y patrimonios, antes de asumir el cargo y al abandonarlo.
UM analiza con autocrítica su pasado más reciente. De hecho, la ponencia admite que «la falta de una respuesta clara y coherente ante algunos episodios han hecho que se ponga en duda la honorabilidad y el prestigio de nuestra gente».
La ponencia ética, que cita algunos fragmentos de 'El Príncipe' de Maquiavelo, sostiene que la corrupción es la peor enfermedad en la que puede caer «la democracia y por ello se tiene que combatir de manera clara y contundente».
Además, y de cara al futuro, UM deja claro que las ayudas, subvenciones y contrataciones «no tienen que convertirse en compra de voluntades».
UM lamenta que se haya distanciado de aquella «idea de los independientes, de las personas de reconocida solvencia profesional comprometidas con un partido o con un gobierno de un determinado color sin entrar en la militancia estricta». «Así, en lugar de aconseguir sinergias con lo mejor de la sociedad, lo que se está produciendo es que personas que no encuentran colocación en el mundo privado llegan a cargos públicos de alta responsabilidad y después nos lamentamos de comportamientos poco edificantes», dice el documento de UM, que tilda de «mercenarios» a los dirigentes que buscan en los partidos un cargo político sin ningún bagaje profesional.
Por último, UM, que se proclama heredero de UCD, asume que en el futuro «no hay que tener la voluntad de ser un partido con vocación de bisagra».