Foto de archivo de la huelga del 20 de junio de 2002 en Son Sant Joan.

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Las principales asociaciones empresariales de Balears expresaron ayer su rechazo a la propuesta de servicios mínimos trasladada por los sindicatos CC OO y UGT al Ministerio de Fomento en materia de transporte aéreo, que suprimía los vuelos internacionales con salida desde aeropuertos españoles y fijaba un trayecto de ida y vuelta en los servicios regulares entre las Islas y la Península. Las patronales de Balears reclaman garantías para la movilidad tanto de los residentes como de los turistas durante la huelga general del 29 de septiembre.

En cuanto a los antecedentes, cabe recordar que la huelga del 20 de junio de 2002 se saldó con la cancelación de unas 350 operaciones en el aeropuerto de Son Sant Joan, la mayoría de ellas con aeropuertos alemanes, y sólo operaron 46 trayectos de ida y 45 de vuelta.

Cámara de Comercio. Desde la Cámara de Comercio de Mallorca consideran que el cumplimiento del derecho a la huelga no debe implicar una parálisis en el transporte aéreo y marítimo y el consguiente aislamiento de los territorios insulares, como es el caso de las Islas, porque el prejuicio generado tendría unas consecuencias ajenas a las causas por las que se convocó la movilización, afirman

CAEB. El presidente de la CAEB, Josep Oliver, que por la mañana se reunió con el delegado del Gobierno, Ramón Socías, indicó que el Ministerio de Fomento tiene intención de garantizar el 50 por ciento de los servicios interinsulares y con la Península, por lo que consideró que quedaría preservada la movilidad de los residentes. «En el tráfico internacional los sindicatos hablan de cero vuelos, lo que me parece una situación kafkiana, no se si quieren hacer huelga o paralizar el país», afirmó

PIMEM. El presidente de PIMEM, Juan Cabrera, consideró excesivas las pretensiones de los sindicatos. «Una cosa es hacer huelga y otra martirizar al ciudadano», afirmó. «Además, tienen que tener en cuenta que todos estamos mal y encima apaleaos; tendrían que aprender de los japoneses, que cuando quieren hacer huelga trabajan más», concluyó.